Fotografía Lázaro Aguirre
DESPEDIMIENTO
Guardo este
paraguas de alfileres en la envoltura del techo de la ceniza por si en el
desván solo caen monedas resignadas monedas de sueño los renunciamientos a la
ahora del nosotros las cucharas emboscadas por la muerte estos locos días
convocados por el subsuelo de los cristales por la campana invertida debajo del
silencio ahora elijo entre bocanadas de herrumbre puñales de irreverente lepra
por donde avanza el traje flotante de las turbias urdimbres de la hoguera no es rareza volver a la aridez de los nombres
esdrújulos ni a este mudo concierto de máscaras: enumerar los días sin solfa
sudar la constancia de los guijarros morder de pronto las puertas corredizas de
las promesas sin que emerja el semblante del sonambulismo: las muertes diarias
que uno retrata en los sueños en cuyas manos se obstina lo ilusorio me quedo
aquí con brazadas de agua consumida y el lamento de la madera en el serrucho y
el tímido pan cerca de mi boca alejándose de la ráfaga de toda puerta por donde
despunta el viento me despido en lo posible de la geografía de los trenes de
esta lluvia de ataúdes en ráfagas: cuando quise la mesa llena entraron de
madrugada los acordeones de la sal y una proa de astillas rompió la fragancia y
cuando todo pasa o sucede también se queman los dientes de las indecisiones la pústula
de los aromas rotos la fascinación por la piedra pómez o el simple golpeteo de
las telarañas de pronto lo sabía: cuando las sombras cobran vida solo nos queda
la existencia de la ausencia la hostilidad de las sartenes el frío en la calle
que nunca cambia de pañales o el presente resbaladizo de las aguas pero es que
siempre lo supuse: entonces ya no queda ninguna hazaña súbita ni aquel inmóvil
bosque sacudido ni aquel anillo en movimiento de las embarcaciones ni aquella
condición de construir el futuro ¿habrá otros minutos sin hachas? En la bodega
de los zapatos sin embargo el aguacero otra tinta cavando en el cuaderno otras
noches débiles atroces coces del grito sobre la montura del aliento así
respondo y me despido y qué importa si es entre los fósforos mojados de la
intemperie si en lo profundo hay arraigo de puertos y astilleros
Barataria, 18.X.2012
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