© Pintura de Willem de Kooning
FISURAS EN
EL PARPADEO
Y qué decir de estas telarañas indemnes alrededor de
la puerta,
insomnes grietas en el sueño, vivos desvaríos de muros
que golpean los ojos, ahí donde una ráfaga de fiebre
hace
añicos la ventana del futuro.
Sobre el césped reinan las agujas del desvarío.
Giran las asfixias como la perversidad del purgatorio.
En el ojo ciego todo es inconcluso: la piel helada
muerde, sin más,
los ijares vidriosos de la escarcha.
Hay sombras. Solo sombras de trenes en el cielo.
Andrajos
de aire, y rieles oscuros de sangre en el cuello.
En los zapatos ya se alejan las respuestas y la ropa
del viento.
Ya ha sido arrancada la voz y esta costumbre de
esperarte.
Ya se ha roto la esperanza y solo queda un peldaño de
huesos
como un pañuelo de ajada espuma y salmuera.
En la nada, un abismo de hojarasca sobre la lengua.
Hacia esta vida, la zarza debajo de las fisuras del
parpadeo.
Del
libro: “Invención de la espera”, 2020
©André
Cruchaga
© Pintura de Willem de Kooning
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