Pintura:Pablo Picasso
Un pájaro entre las ramas de los pinos
Vivir es lo más íntimo del mundo
Juan Gil-Albert
Sí: Yo escapé de la ciudad y me fui al campo.
Ahora alguien me saluda en una vereda;
Alguien me pregunta qué hago debajo de los árboles,
Sobre el césped húmedo sin fuego y sin manteles.
O qué hace una muchacha con faldas ajustadas
Depilando el bosque en medio de la niebla.
Alguien lee los periódicos y no se inmuta por nada.
Alguien seguramente reinventa las noches como los ciegos,
Aunque sea la misma noche que lee sus hierros.
Alguien da noticias macabras frente a extraños espejos.
Alguien me manda libros desde Cádiz, Sucre y Tequila,
Y lee mis poemas en diversas partes del mundo.
Alguien me escribe desde Rótterdam, Bruselas,
Jednosci Narodowej en Polonia
O del boulevard Bonne-Nouvelle de París.
A veces enternece todo este tiempo subliminal:
Uno debe aprender entre vivir o morir, entre
Ser bárbaro en medio de la civilización o serlo al cortejo
De los pájaros.
A veces me subo al campanario de una iglesia de pueblo
Para ver los animales tendidos de los cerros
O el horizonte que cambia de mirada cuando baja.
Alguien recorta fotografías del tiempo para enviármelas
Desde Ganduxer en Barcelona,
Los Pirineos o Euzkadi en vez de tantas palabras.
A veces la noche me encierra junto al poema.
A fin de cuentas es lo que busco: respirarme dentro del sueño.
Barataria, 2005
Leer más en:
Un pájaro entre las ramas de los pinos
Vivir es lo más íntimo del mundo
Juan Gil-Albert
Sí: Yo escapé de la ciudad y me fui al campo.
Ahora alguien me saluda en una vereda;
Alguien me pregunta qué hago debajo de los árboles,
Sobre el césped húmedo sin fuego y sin manteles.
O qué hace una muchacha con faldas ajustadas
Depilando el bosque en medio de la niebla.
Alguien lee los periódicos y no se inmuta por nada.
Alguien seguramente reinventa las noches como los ciegos,
Aunque sea la misma noche que lee sus hierros.
Alguien da noticias macabras frente a extraños espejos.
Alguien me manda libros desde Cádiz, Sucre y Tequila,
Y lee mis poemas en diversas partes del mundo.
Alguien me escribe desde Rótterdam, Bruselas,
Jednosci Narodowej en Polonia
O del boulevard Bonne-Nouvelle de París.
A veces enternece todo este tiempo subliminal:
Uno debe aprender entre vivir o morir, entre
Ser bárbaro en medio de la civilización o serlo al cortejo
De los pájaros.
A veces me subo al campanario de una iglesia de pueblo
Para ver los animales tendidos de los cerros
O el horizonte que cambia de mirada cuando baja.
Alguien recorta fotografías del tiempo para enviármelas
Desde Ganduxer en Barcelona,
Los Pirineos o Euzkadi en vez de tantas palabras.
A veces la noche me encierra junto al poema.
A fin de cuentas es lo que busco: respirarme dentro del sueño.
Barataria, 2005
Leer más en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario