sábado, 25 de octubre de 2014

RECTIFICACIÓN DEL ANHELO

Imagen cogida de la red




RECTIFICACIÓN DEL ANHELO




Es otro abatimiento el que ahoga los anhelos: el tiempo que desposa
en vigilia, los tantos cadáveres cercenados en el pecho, todo el granizo súbito
de la sospecha a la hora en que los ijares delatan
lo incontable de lo inenarrable. (¿De qué ungüento bucal debemos fiarnos
para evitar el sarro? ¿Qué pájaro nos desnuda el tren de la conciencia
sin que el cierzo se torne ajena sustancia?)
—De aquellos años incendiados solo queda la ceniza, el ojo en la escoria.
Ahora debo rectificar la moraleja de las fábulas y adentrarme en el invierno
del enjambre hasta mojar mi lengua.
Hasta ayer fueron oscuros los sombreros sobre el cemento, oscura la memoria,
oscura la gota de libertad que tenemos, oscura la mirada.
(En el propio metabolismo de las alas, escapo de las cruces mohosas:
la escritura no deja de ser supositorio o purgante en la sartén de la oscuridad.)
Siempre es extraño ese nudo que se hace en la garganta a la hora
en que la ausencia traspasa las ventanas…
Barataria, 19.X.2014

1 comentario:

P MPilaR dijo...

*absolutamente de ninguno.
de ningún ungüento.
menos, de elixires antojadizos.
La vida abate como cercena la muerte todo atisbo presencia inoportuna.
Pasar ligeros, no tanto de equipaje, que invocaba poéticamente A.Machado, cuanto sabiamente por no encenagarse en tanta mala urdimbre que nos asfixia.
Todo, porque este mundo mundano ni vale ya lo que pesa...¡ay!


saludos