lunes, 31 de marzo de 2014

SED

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SED




Ofrezco este océano, la fe un corazón de piedra;
mi esperanza en la frente la corona de hiedra.
Max Jacob




Tengo sed de luz (me sacudo las soledades calcinadas) el cuerpo a ciegas en el equinoccio de los pájaros sed de las regiones más ocultas de la tinta me exacerban las consignas la república del alfabeto disperso y a veces alevoso en medio de la ostentación de una boca ávida de morder los caminos  cambio el sentido de las palabras pongo de cabeza las alacenas los estantes las repisas ninguna palabra cabe en la transparencia ningún espejo lo es por sí solo  necesita de un talabartero que le cuelgue una luna  de una escritura que niegue los cartílagos: me son imposibles las muletas en los zapatos sin embargo debo pensar en  la realidad: quizá en la subasta de la caligrafía me viene a la mente por ejemplo Christie's u otra que me dé el golpe de suerte que necesito debo aceptar la idea que a menudo sólo tengo remedos y remiendos de los meses hay vasos llenos de tautologías pócimas para lentas muertes vos mordiendo mis testículos y las llaves de la corporeidad ¿de qué realidad hablamos cuando decimos alma? hay perros ladrando dentro de los timbales o canicas de la dimensión de los planetas o monedas que no sean espejismo a simple vista todo parece normal la piedra monumental de la iglesia la piedra del vacío la piedra de los sueños la piedra de las similitudes la piedra de fornicar la piscucha ontológica de la espiga o la flecha del crepúsculo ancestral para cazar bisontes en la calle aúlla el sol con su comal de hijo pródigo (algunas omnipresencias son atávicas irremediablemente nudos en la respiración) otras son meras trampas para un filme negro desde mi corta edad creí en la filantropía luego me di cuenta que la inocencia se pierde en un santiamén sí existen tantas dicotomías paradojas y otras posibilidades un poco inverisímiles  (la noche es cóncava e intensa quizá me ahogue ese poco de ruda en el ambiente ah benditos gorgoritos de universalidad de leche pasteurizada en los semáforos de mierda revolcada en la angustia Dios conmigo al contado y no al crédito mordiendo mis confidencias Ella del tamaño de mis divagaciones es lo único que tengo enfrente después de todo) no no es lo único rectifico—están las bisuterías bien debajo de la orilla de los encajes bien adentro de los 500 años que tenemos de vida ciudadana a veces pienso en realidad que vale la pena desahogarse vaciar la película de la memoria encharcarse en el fango de la historia mecerse en la hamaca de la inocencia nada pierdes que otros piensen que sos tonto reírse de uno mismo jajajajajaj la risa es un puerto de aguas dulces no el mar o sí un mar tímido con gaviotas y delfines y bolsitas de plástico con cáscaras de mango de golosinas diversas la risa claro hubo un tiempo que me reí bastante: tenía entonces sed de risa risa sin píldoras ni cerveza mucho tabaco y laxitud: así me era difícil encontrarte en medio de vidrios polarizados entre la fosforescencia del burdel de la almohada y la realidad se me acabaron todas las dudas cuando vi tu cuerpo desnudo en las sesiones con el siquiatra me perdí en el furgón de tu tórax luego pensé en la realidad de los embalses: siempre la vaguedad me digo ahora tiene sus curiosidades…
Barataria, 22.III.2014

sábado, 29 de marzo de 2014

TORMENTA

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TORMENTA




Lo primero es lo miserable que resultan las impurezas.  La parva de veranos
acumulados en la trastienda de los hangares de la palabra.
Nunca sé ni me imagino cuántos centímetros tienen los surcos del día a día,
las recompensas a la usura, las máquinas tragamonedas de la cacofonía,
la devoción por los esparadrapos,
aquella redondez insoslayable de las canicas, el hueco del ombligo.
Con frecuencia siempre veo a ciegas el arcoíris, las mentiras elaboradas
con bisturí, y las mínimas verdades hechas carcoma.
A quién debo creerlo en medio del naufragio, —abunda la bisutería
lingüística, y cierta euforia por la obediencia. (Por desgracia siempre
me condenan a usar máscara), a ir tras la corriente eufórica de las trompetas.
Por ahora, hijo de la miseria, debo caminar con exactitud para no mojar
mis zapatos ni empañar la mirada ante los consorcios.
Barataria, 21.III.2014

viernes, 28 de marzo de 2014

CHICHIPINCE

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CHICHIPINCE




doy arranco tuerzo mato atravieso incendio y quemo - acaricio lamo beso
miro - repico a todo vuelo las campanas hasta que sangren – espanto a
los palomos y los hago volar alrededor del palomar hasta caer al suelo ya
muertos de cansancio
Pablo Picasso




El cuerpo del mundo siempre es usura vivir es una constante pesadilla el orden socava la libertad de pensamiento  alinearme no es parte de mis prioridades simplemente me río de los traumatismos políticos: los dolores de parto siempre incuban el desparpajo avanzo entre tantas conjeturas las carpinterías de pronto se tornan insoslayables en definitiva aquí no es el paraíso  por más que almidonemos la ropa por más que surjan nuevas manufacturas todavía masticamos con los dientes de los griegos trato de quitarle la euforia a los calcetines en algún lugar solitario las lombrices de tierra hacen lo suyo por si acaso releo las noticias los titulares los gnomos ahí con sus rarezas: todo mundo quiere transitar sobre la alfombra roja del país unas cuantas nalgas pueden gozar ese privilegio besar el espíritu santo comer escabeche y dormirse escuchando la flauta del devenir con sorna y gargajos ahora resulta que nos hemos acostumbrado al postre: la muerte es un jardín inabarcable insuficiente para nuestras manos allanan mi casa las noticias los aedos consagrados de la indulgencia pregones del delirium tremens vos unida a mí hasta el cuello con una pancarta de ideas comunes sin memoria sin nada excepto las pulgas que nos rodean, los telepates las cucarachas las garrapatas el cerco de piedra y la caridad y la claridad a la que invocamos con voz imprecativa siempre usás como excusa el rancho de paja de mi pobreza para luego adentrarme en las barberías: pero y mis deseos y este dolor la tasa de café negro la sopa de frijoles la boca que sólo sabe de desiertos esa sombra de un linaje sin indulgencias ¿debo pensar acaso en darle créditos a la tragicomedia al melodrama construido por una mente perversa? ¿en qué lío estoy metido después de todo? ¿es lotería el espejo ciudadano la visión monocorde de la utopía? Te esperé aquí sin artificios nunca llegaste salvo la piedra pómez en los empedrados del cielo la manzana desposeída en los mercados el chichipince para elaborar nuevas teorías y las dosis oportunas de culantro para bajar de peso después de las hartadas de fin de semana hablamos del tema de la seguridad nacional de las acciones que produce la venta de ropa y usada y el amor hablamos de ciertas instantáneas derivadas del manicomio de aquel unicornio fundacional del destino: siempre creo en el galope y en la columna vertebral de los círculos nunca faltan las adulaciones y alucinaciones las disidencias y resistencias el mal de ojo glorificado en las lápidas la mucosidad verde del catarro  los túneles por definición de las ideas la semita mieluda de las estrellas y la espátula el pesticida para ciertas genuflexiones vos y yo sabemos que son muchos voltios los que tiene la poesía el poema perfecto del misterio y hasta el leguleyo que nuca se acobarda ante la adversidad por supuesto que somos comensales de la noche independientemente de los tantos epítetos que tenga el erotismo los litorales los cuerpos contritos la maldad a secas las campañas publicitarias de los aromas y esas esquinas que sirven de pocillo para nuestros brebajes lo demás es cuestión de ventanas y cuentos chinos…
Barataria, 18.III.2014

jueves, 27 de marzo de 2014

CAMINO [DELIRIO POR LA MUERTE]

Hugo Sanchez compartió la foto de Basma Bouacha.





CAMINO [DELIRIO POR LA MUERTE]




si al menos alumbrara el sol esta noche
si en el fondo de la Ópera dos senos relucientes y claros
compusieran para la voz amor la más maravillosa letra viviente…
André Breton




Y siempre estás en él en cualquier sitio: “me posees y yo me entrego” acaso porque desde la infancia viajas conmigo en algún lugar me esperas mientras camino avanzo gris el ciprés vencido del bosque seca la sed como las aguas evaporadas por el viento ahí veo el féretro y la losa la lengua en su largo silencio ¿en qué razón cabe el alma o el alma dentro de qué ecuaciones se puede tasar? me duele Dios la conciencia la memoria la ropa la continuidad del futuro este Ser este otro en el porvenir  del instante en el más allá de los túneles que nos invaden: no hay llanto no lo hay ni angustia solamente ternura en el quedarme en el invierno de la pira muerte eterna desposeída del vaivén trágico morimos en razón de las contradicciones de la vida quién duda de la brasa y el nombre de las cosas poseso abro mis semillas nupciales los dedos de la esperma en el cuenco de la madera lo henchida que se siente la carne con el agua que humedece la entraña todo lo has ido madurando semejante al fruto: átomo lenguaje razón prójimo el mismo creer y descreer en la muerte nada hay de lúgubre en esta calle infalible ¿en qué lugar redimo mis juguetes? ¿en qué deriva el escarabajo de la tumba?  debo pensar en todas las analogías de mi nombre en el espejismo que no deja de ser esquirla en las pupilas en el vértigo desolado que producen los muros en lo irremediable que resulta el último suspiro (soy verdad)  verdad hoy lo que seré mañana o una conspiración que acaba disolviéndome dentro de la palabra el embrión del sinfín todos aquellos secretos que conlleva la ceniza todas aquellas cruces y alegrías lo mínimo y grande de la sombra este itinerario de la muerte que a ratos no cabe en la geografía de mi pecho y necesita el mar y los pájaros (cada vez se hincha la tierra en lo halagüeño) la luz la piel las uñas a qué me aferro para inmunizarme qué otras torturas habré de vivir ya en el albor del ojo cansado de morar en lo inminente de la tierra en la desesperación del humus profuso  del camino en esta inexpresable voz de lo que ha muerto yo ya me he entregado junto con mis tiliches he hecho creíble el nido de lo irreparable (no hay retorno sino la herida de los deudos) ¿quién magnifica este trance el soplo audaz del  vientre nuevo? jamás puede haber prurito ni pesimismo en el acto solitario de morir si acaso hambre por lo transitorio si acaso serenidad ante el escenario no me perturbas muerte no me laceras todo lo consumas en el imán de la flor de los embarcaderos todo el lenguaje lo enamoras con esa brasa de la madre última en más de una vez me acongojó la idea hoy me enseñas y te enseño desde ese lenguaje sordo de la herencia tus brazos son promisorios como la trementina del Evangelio sin vanidades ni tragedias ni burlas ya se hace tarde en el sembradío discurren diminutos los segundos: en el fósforo el alabastro del hambre inicia la mariposa su encanecido delirio: es frío el tallo de la piedra y el absurdo de la palabra…
Barataria, 15.III.2014

miércoles, 26 de marzo de 2014

A RAS DE TIERRA

Imagen de André Cruchaga




A RAS DE TIERRA



La calle, por entonces, no tenía nombre. Al hombre le resbalaba el fuego directamente por los huesos, y unas extrañas lenguas ardientes le lamían la piel, por debajo.
René Crevel




¿Debo suponer que la hoja se torna en vilano? hay pancartas por doquier y dedos señalando  otras formas y  otros lenguajes: nadie posee el encantamiento absoluto que produce Aladino ni el azogue necesariamente tiene que ser asombro cansa el conjuro y la neblina  cansa lo plural y singular caminamos por el sendero casi como si fuera el abismo la porfía es tenaz como el oleaje: espuma tras espuma en la marea de la sombra que baja hasta las raíces escribo mientras el enjambre vuelve a la claridad nadie inventa nada ni en el pozo de los deseos nadie es inocente al asir la brasa o es inmune a la salpicadura de la caverna los dioses los semidioses los fantasmas nos acechan es extraña la ventana desde la gota de sal de los ojos yerra el dintel de la boca lamiendo los platos la sangre grita derramada en los alrededores de lo oscuro no puedo contar los años sin desposar el calendario ¿hablamos del alma del cuerpo de los despojos? vos y yo enfrentados a los colmillos de la orina a aquello atrios de rústicos cuchillos ¿qué misterio nos acecha? ¿qué absurdos proclama el fin de nuestro tiempo? (Vivir frente a tantos espejos es una suerte de suplicio: jugamos en medio de telarañas queriendo atrapar féretros) desde los primeros juguetes de la noche supe que todo estaba consumado tanteamos callamos abrimos puertas ¿es de este reino tanta pesadilla? ¿qué olvidamos en esa palabra que se llama inmortalidad? no vamos a contar ahora los pétalos ni mañana para consuelo de los párpados no vamos a arrodillarnos frente a la ceniza tanto murmullo deja a flor de tierra las raíces mientras la claridad sigue su camino nos distrae el tartamudeo de las esdrújulas vos sos esa raíz vértebra en mi olfato espléndida como la tormenta del vértigo inevitable como el cigarro que se difumina en mis manos como el múltiple latido del suspiro nadie es culpable de nada cuando sabemos que la historia tiene su propio parto y nos alcanza a todos y nos señala con el vaivén de su péndulo y su cálida brisa de sudario cruzamos el despojo ahora debemos reinventar las calles quitarle la polilla a las sábanas quemar la peste de la desgracia quitar el barniz y tornar visible la cítara de tu arcilla desnuda el mar aéreo del fulgor: hay tanto por hacer que ya hemos perdido tiempo en la tormenta filosofal de los burdeles hoy es el alba que una vez perdimos en las teorías en ese regimiento de lo dietético en aquellas campanadas que supusieron la justicia todo nos ha cambiado desde entonces: abolimos la miseria de nuestra carne cuerpo a cuerpo le dimos puntapiés al hambre y nos hospedamos un día pensando en la fragancia de la muerte vivimos la tortura y nos extorsionó la sed así limpiamos la cueva del insulto hasta ponernos zapatos (no creo que haya vencidos) es sólo la savia que renueva sus sandalias arden claro el arrullo y la luz los juegos seminales de los tobillos ahora debemos dialogar para darle ritmo al pálpito son lozanos los meses con Heráclito y largo el litoral de tu cuerpo largo inmenso torrencial de todo ese camino de estiércol en el que anduvimos: miedo corrupción desenfreno nos queda el hombre y su imaginario profético en medio de toda esta decadencia macabra del tiempo  nos queda la mujer su suave montaña de cierzo por alguna razón —dice Pérez-Reverte— “a mi edad hace sentirse a salvo lejos de los sobresaltos que produce la primavera” por suerte hoy todo es presente así lo advirtió Whitman “es esta tierra de hoy” el ala vence cuando la fantasía se sobrepone a lo oscuro…
Barataria, 15.03.2014

martes, 25 de marzo de 2014

NEUMÁTICOS

Imagen de André Cruchaga




NEUMÁTICOS




Dar golpes a un trozo de madera con los brazos encogidos, como un estribillo —herramientas en las manos, canciones en los labios— era una clase de felicidad de la que no me sentía en absoluto capaz
René Crevel




Debajo de las varas de bambú todos los años juntos los espejos percudidos del semblante y la sombra en la ojera del rito tiempo del sonambulismo propio de los puntos cardinales por fin aquí el germen del insomnio: la gota de la espera de los sinsabores la entraña seca dentro del carrusel de nudos el estira y encoge del blanco y negro de las palabras casi putrefacta la muerte del crepúsculo y sus eslabones seguidos por la muerte de la inteligencia ¿puede la rama perforada agrupar los sueños deshacer los zapatos de la niebla y el cansancio? después de todo no me extrañan las uñas ni los discursos consagrados a la sedición no me desvelan los gorgoritos de patriotismo pero si los juegos del automatismo el moho del egoísmo en los días futuros ¿habrá amor cuando las calles se llenan de angustia y uno ignora el sabor que tienen las vitrinas y los retretes?  ¿cuándo hasta cuándo la punta de los albañales en el ápice del aliento en la úlcera de las corbatas en la idolatría al salmo del incienso? ya he visto de todo a través del vaso del sonambulismo entre el odio y el amor las facciones oscuras de la hipotenusa el estanque obtuso de las máscaras las caricaturas puntuales de las nubes después de todo siempre me quedo sordo en medio de las audiencias: pienso en las ciegas egolatrías del aceite y el agua ¿entra la luz en las sienes? vos fantasma en el fósil de mi epidermis tantos relojes mordidos por los parpadeos en masa tantos bostezos de minutos en la hostia del hueco de la ceniza siempre hay un destino que necesita de ungüentos en las costillas azules del metileno del mertiolato algún esparadrapo con sorda nicotina quizá de un analgésico para las varices de la lengua en lo inhóspito la teoría gregaria de las hormigas el pito de la sangre coagulada y esa redondez  de los trenes de la herrumbre hay tanta historia acumulada que no sé si sea necesaria la correlación de fuerzas los tanques de pensamiento en el escombro la bengala del lenguaje en el cuaderno en blanco: por fortuna siempre agradezco a los que no me leen a los que prolongan el oído hasta la garganta de todos es el reino de los cielos y las escamas de todos la babilonia enroscada de la escritura quién desea para sí verse él sólo en la pantalla encanecida del universo no lo sé ni me interesa ver el neumático raído de las asperezas ya hemos tenido bastantes dolores de cabeza ahogos alarmas humo cada quien crepita según lo devore su propia muerte pero me duele el asombro y el cuerpo me duele la lujuria la inmediatez de la tristeza “el reino interior de las ventanas oscuras” tal el decir de Darío o “las páginas fatales de la historia” o “el recuerdo de anhelos conseguidos” de Juan Ramón Jiménez (la desesperanza es tan confusa como la muerte) déjame aquí en mi propia ignorancia: no es felicidad la desventura del aullido soy apenas un niño que quiere ir al mar y ver hasta dónde llega el horizonte busco la llave y la puerta para huir de mis acreedores: ah Whitman “escucha el bullicio de los instrumentos” tosamos la penumbra del estruendo saltemos sobre el carretel de los días muertos sobre la vidriera fría de las vocales ¿en qué oración perdimos los plurales?...
Barataria, 14.III.2014 

lunes, 24 de marzo de 2014

VACÍO

Imagen cogida de la red




VACÍO




En el vacío no están esas palabras que pronuncia la gota del rocío.
En los cuatro costados, sólo la hojarasca que ha ido almacenando el tiempo,
la necesaria página sin escritura.
Aquí únicamente reside la pantomima del lenguaje (se pudre el sonido),
y aquella pócima imposible de espejismos.
¿Qué dedos tocan el ámbito de lo inenarrable, el celaje lánguido de los zapatos,
la mueca doctrinaria del colibrí?
Algo dejó de ser en las alambradas: espuma, burbujas, sombras.
(Nos queda el vacío y no hay convalecencia para este oficio del otoño,
ni hospedaje para la alternancia de la lengua.)
Barataria, 12.III.2014

sábado, 22 de marzo de 2014

ROSTROS

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ROSTROS




Tantos rostros para una sola cara: la perplejidad cunde mis sentidos.
Tanta muerte y temor, que me volví temor y muerte. Los cementerios
salen por mi boca, caminan ciegas las tumbas instaladas en mi pecho.
Las calles se hunden en la ladera de las ingles.
¿Quién más rema en el desfiladero de la muerte, cercado por desesperadas alcantarillas? ¿Quién retuerce su angustia en gotas de sal?
(La ponzoña suele ser audaz en la garganta. Confuso de agonías los peces
muertos del lenguaje que repta en los sentidos.)
La muerte es como un imán roto de trenes: vos con tu pezón insomne
en mi quebranto, el sopor del dardo de los féretros, el delirio hundido
en agujas, los martillos aletargados en la ceniza.
De golpe las grietas del reloj y el fósil del parpadeo, tus garfios exactos
de emboscada, el infierno del jardín abriéndose al duelo de seguir muriendo.
Barataria, 2014

jueves, 20 de marzo de 2014

OLVIDO

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OLVIDO




No quiero escuchar al ave de la canción soterrada. Ni a la nostalgia
en la trastienda de la boca. (Debajo de la piedra debe existir, sin el misterio
del gallo y la sintaxis.) En mi espejo se cae la imagen del portento:
dejo que el vaso de agua deletree pájaros,
otros pájaros por cierto, sin asperezas e inconsistencias.
En las manos intactas del madero, desnudo como siempre el infinito.
En los tantos moradores del litoral de la noche, el viejo pedernal con velas
como otro nudo adyacente a los minutos. (Sin traje las violentas
obsesiones), florece la arcilla del silencio; es divertido converger siempre
en los zapatos. Ya castrados los cartones de las aceras y sin puñales,
puedo juntar todos los pedazos del tiempo.
Barataria, 09.III.2014


miércoles, 19 de marzo de 2014

LENGUAJE

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LENGUAJE




En los grados tórridos de la noche, golpea el desván la mosca impertinente
del maleficio del tiempo. (Salpican los rieles del sonido.)
Después de escuchar la negación de las esquinas, el olfato es el único
camino que atisba los sedimentos.
Ya es mucha la ficción y la teoría, prefiero el libro del retrete con sus frases
contundentes: quizá en el mensaje de las postales deben dibujarse pájaros
y peces y ciervos y jinetes.
En el esplendor de mi destrucción hacen falta urinarios y baldosas
donde retumben las sombras: en mi torpe boca sólo han quedado huesos…
Barataria, 2014

martes, 18 de marzo de 2014

VINO SECO

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VINO SECO




todo encerrado en la famosa valija de fuego
rodeada de admirables burbujas de aire irrespirable.
Aldo Pellegrini




Sobre las manos, la humedad ardiente del líquido: la savia desde el caracol
hasta el ala. Todos los días póstumos del cuerpo, la sangre erguida
en el umbral de los gerundios.
Estas ansias de habitación definitiva, —todo el absurdo de la vieja historia
en el piso, el agua de las devastaciones en el puerto que nos encalla
sin alarmas, golpeando el crujido del desván.
(No sé de qué palabras está hecho este otro experimento del oxígeno;
hay tantos tambores rojos en los poros,
que me es difícil pensar por un momento en las armónicas.)
En la profundidad del cristal, el caballo de las pupilas y el largo invierno
de la desnudez: las teorías de la ficción y los crímenes, la ceremonia infame
de las hormigas, y la duplicidad gangosa del pecado.
Mientras tanto, en la vía pública se desangran los corderos. (También
el desarraigo forma parte del compromiso y el martirio); aúlla el piercing
en el olfato del bosque de cemento (la imagen es moneda devaluada
en estos tiempos de crisis, amargo el nudo ciego del espejo)…
Barataria, 2014

lunes, 17 de marzo de 2014

GATO ESCALDADO

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GATO ESCALDADO




Gato escaldado, del agua fría huye.
Benito Pérez Galdós




Huyo del regazo del regazo de todas las noches de la aldea de los instantes de la palabra de la voz bajita y alta de la voluntad hacia el sacrilegio de las conversaciones ausentes en los lugares habituales he aprendido a desobedecer al infinito presuntuoso jamás le hecho culpa a la fatalidad ni al hombre ni a la mujer: pero tengo razones para ser pesimista es un tiempo de murmuraciones de perversiones repetidas busco el misterio no las pesadillas (la imaginación me previene de los oídos sordos entre las minucias del día a día me reconforto una a una se arrodillan las puertas me duelen los tropezones sin ungüentos alrededor de las putas danza la espiga macabra del proxeneta)  siempre retorno a la luz yo pescador de imaginarios: jamás entro a los túneles por aquello de los tropezones y la fatiga por los mástiles que no se ven por toda la sombra que socavó mi garganta ¿puede la noche ser cuervo o buitre? ¿puede la libertad morderse como una colilla en tiempos de hambruna? ¿Cuántos manicomios tienen resonancia en las sienes ante la epopeya de las cadenas dejé de ser jinete de mausoleos (nadie estuvo conmigo cuando me faltó la comida) tuve que convertir las calles en alimento así me llené de certidumbres la indiferencia coaguló mis vísceras hasta el punto de la sepultura jamás entendí las treguas con mordaza en detrimento de la libertad: he trabajado en silencio para no incomodar a nadie así he traspasado los andamios de la vigilia despierto ante lo siniestro: el crimen y el luto me indignan combato contra mis demonios la palabra pueblo no deja de ser saldo en blanco para muchas banderas —¿cómo puedo asir tu nombre líquido bajar sin detenerme a tus helechos sin que el paladar deje de ser lámpara en tus poros? hay absurdos como cuevas en el pensamiento saldré me iré con toda la opacidad de la impotencia jamás los güishtes en las costillas jamás la atarraya del grito jamás el pespunte en el ojal de los juguetes vos sumando centurias de manos ciegas nombres piedras hirientes cuerpos analfabetos conforme entran los peces a la tijera del ojo ciego también el subsuelo de las agujas cuervos en la superficie de la piel en el rascacielos culinario de las ideas vine y no volví al juego de las tarjetas postales entre tantas teorías e hipótesis la profundidad sólo la abarcan mis zapatos  se trata acaso de negar con vehemencia las abstracciones innatas de la deducción o es mera especulación el devenir del espíritu sensorial de la materia (a ratos la experiencia es sólo la premisa de la idea) por lo demás recuerdo el cuaderno sucio con esa negra velocidad del grafito y los sahumerios después de los lavados en el retrete del infinito: miro cómo las noticias se tornan tragedias y viceversa todavía en el tórax pasan campanadas de trenes y hojitas de hierbabuena en tu ombligo confieso que todo fue vertiginoso la infancia el día la noche los deseos bifocales de los crisantemos las estrías que dejaron los sótanos el nombre que tararea la miseria el nombre mudo de la maleta de viaje las fronteras vuelven irrecuperables los fragmentos de identidad nombro ahora la calle de mi boca los puentes de hamaca y las puertas el filo del cuchillo en mis ijares y las esferas ahorcadas de mis canicas al final la voz interior dice que ya no: no es posible tener como proclama el gemido
Barataria, 2014

domingo, 16 de marzo de 2014

DESESPERACIÓN

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DESESPERACIÓN
                                                                           



un rostro ilumina y calienta las cosas duras
que formaban parte de la muerte…
Pierre Revérdy
                                    



Tal vez un día ya no sean mis huesos en esta escarcha del follaje ni la sangre flote en el letargo de la memoria: no sé en qué consistió todo el desbalance del fuego mortecino en la carreta del sigilo ignoro si fue galope el polvo del relámpago sólo he podido vivir de la expiación de los meses en fermento de mi muerte y otras muertes sin indulgencia alguna la herrumbre se ha vuelto indolente e indomable mis ojos reproducen la arcilla y todos los desafectos de la noche en el zigzag empedernido del viento  ¿vendrá Heráclito a remover la polilla de los armarios? ¿vendrán otros celajes no el mismo atril con incienso no la levitación a ultranza de la boca me llevas me traes de una sombra a otra del agua clara a la hosquedad del pantano de la comba del ombligo a la circularidad desnuda del ojo  (es duro penetrar los jardines en medio de tantas sombras la desesperación es mayor cuando la lejanía se torna implacable y el ala no alcanza para ampliar la puerta del horizonte la perpetuidad de las ventanas lo sé ahora cuando las estatuas nos envuelven y cabalgan las heces en el fragor de mi muerte) todo ha terminado como terminan las mortajas en la tierra todo es verdad en el cuerpo lacio de la saliva en la soledad que produce el despojo cada vez la astilla se hace evidente en la carne los gestos los zapatos la ropa todo estorba a fin de cuentas cuando ya  el lenguaje quebró el abecedario de los bufones cuando han desaparecido las herrerías para herrar los cascos del ataúd furioso que somos cada cordal duele como una espina hay penumbra en las encías y en el paladar duro del pálpito en las ingles otrora pródigas vos jamás entenderás la rama mordida del despojo mis días de furias y cansancio jamás de nuevo los sueños reunidos porque todo es efímero: esto me lo dijeron los abuelos a manera de enseñanza hoy me alucina la campana muda de los muros las cucharas con moscas el estrépito de los moscardones las esquinas sinuosas de las cucarachas el evangelio de los postreros días la sopa de mondongo sin comensales al final sólo son viables los recuerdos como el tráfico pesado entre baches ¿habrá olvido para la sed de antes? ¿nos reinventaremos acaso en una servilleta de McDonald? ¿saldrán de la ruina oscura los sueños los insectos los comensales aquel fuego de brazos? me temo que nada tiene sentido: ni por alusión la yesca o el yute el refrán el taburete en medio de la hojarasca los portales inmóviles del vomito las doce estaciones de la orfandad cada vez la bestia de la lejanía es evidente es evidente la niebla en el calendario es evidente la bruma en la aureola de tus pezones el poema después de todo que ya perdió su infancia ahora es el hijo pródigo de la parábola el menos buscado de la sed y el hambre lo más parecido a la condena y al hollín al calabozo húmedo de los gestos fríos del olvido pero hay que seguir ignoro si debemos cambiar los sueños y atenernos al soplo divino del tiempo no sé si las paredes oyen el infierno de la ley las apuestas de la garganta en los anillos del ojal ignoro si regresamos a quedarnos o sólo seremos huéspedes siempre huéspedes de la palabra seca estéril todo lo confiamos a las aguas creyendo que eran insobornables: hoy sabemos que no era cierto y que los círculos tienen su propio desierto como las sombras alfileres como el fango su propia sal insomne en el próximo nacimiento evitaremos los tatuajes y el espejismo en las cobijas —(nunca dije que la soledad careciera de sacrificios: dejemos caminar la iconografía fálica del espíritu yuxtapuesto de nuestros cadáveres)…
Barataria, 2014

viernes, 14 de marzo de 2014

LOCURA

Imagen cogida de ojodigital.com




LOCURA




Tot caçant mosques, una aranya gran,
paret avall, ens parla d'herba.
Joan Brossa




En los albores del cierzo la calle sinuosa del aliento y los ventrílocuos a deshora de una armónica desvencijada la colilla y el ala del humo el laberinto de la tinta como otra prisión donde están desahuciados  los pormenores del pretérito nada nuevo ha sucedido desde entonces desde el entonces del último fósforo encendido en el ijar de la flama siempre miro el dintel por si amanece un murciélago colgado de la madera a menudo me desespera el ave agorera que zumba desde la noche a la mañana sin descanso: pienso siempre en los que se marchan en los que nunca dicen adiós (pienso en los retortijones de la historia en los días ilustrados del crepúsculo en las cataratas que me provocan lamer las colillas con riguroso patriotismo) ¿desde cuándo la sed se tornó minusválida prenda suntuosa? crece el hacinamiento de mis papeles cortados con devoción de cirujano bajo la mirada muerta de los sueños —debo suponer que los míos y los ajenos— se ve algún cuervo azotado por la tormenta despeinada de los últimos caminos del bostezo  hay todo un espectáculo por cierto en la afasia contraria a los pensamientos antes del desagüe todo era estupor ante las aglomeraciones me confundo con ciertos sombreros y paraguas me ahogo en tu saliva me pierdo por si no lo sabes en la panadería del pubis en la canela de los encajes en los vegetales de la comida china y en cierta esquizofrenia que me provoca el silencio sobre el delirio que me dicta la realidad termino de leer “La invención del amor” y empiezo “El tango de la Vieja Guardia” ya Pérez Reverte concentra y ordena mis estragos: dicen que la igualdad dejó de ser fantasma y ahora se viste de colores pero el paisaje me sigue pareciendo amargo como una pócima de barbasco la quina de los oleajes y galopes  me río ¿debo reír siempre como un clown del cine mudo en el ojal del entrecejo?  —mira que me faltas  siento tus costillas nómadas en mi pecho la braga de la primera luna en la ventana hemos acumulado tantas ráfagas que de pronto ya somos ceniza murmullo en la piedra de la ignición cosas hemos visto y cosas seguiremos viendo en este otro lado donde se asoman los ojos de los tiempos venideros —vos conmigo ambos cansados de esperar en este lado de sombras líquidas cansados de no ser cansados de morir cansados de no encontrarnos las manos  cansados de ciertos equilibrios es curioso sencillamente todo lo que nos ocurre: ¿a quién le interesa después de todo nuestra situación personal? ¿quién ve la luna en el plato de comida? cruzamos el umbral con pretextos el cuello de botella de los emblemas mordemos en trocitos este tiempo en él sólo tienen voz los analistas de la política criolla no entendemos la profundidad de la franela ni las gafas negras que esconden las pupilas en el desenfreno los cuervos también parecen centellas ¿quién nos resguarda antes de llegar a la escalera de salida? vos pensando en el sexo decapitado de las sábanas en el vestíbulo donde la noche se resguarda ¿quién nos avienta hacia la sospecha con uñas de tempestad? ¿quién es quién en la hora nefasta de los burdeles en la complicidad del olor nauseabundo? vamos venimos un blues muerde los pájaros moribundos el fuego largo de los objetos del collage el camino siempre es el mismo de la medianoche el mismo camino de ciertas falsas ventanas negros azahares de la virtud cuando el mundo empieza a bailar en caballitos de mar pero vos estás ahí con contornos y retornos para sacarme de este círculo vicioso de los sentenciados y devolverme la fotografía de mis pupilas esa velocidad nupcial de las luciérnagas quizá las palabras nos den los pormenores de los juegos diversos del paisaje
Barataria, 2014