domingo, 24 de abril de 2022

ALGUNA VEZ, SOLO ALGUNA VEZ

 
Imagen FB de Pere Bessó


ALGUNA VEZ, SOLO ALGUNA VEZ

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Alguna vez, entre tantas mutaciones, las horas y los ahoras,

con su camuflaje ávido de extravíos y texturas en el paladar;

alguna vez, el silencio como perro amaestrado y su mística

de ojo desolado, flor oscura en el espejo de las adversidades;

alguna vez, la espera como una cama sedienta de bocanadas,

el desborde de la luz desde un árbol,

desde el carraspeo avergonzado del espejo en la penumbra;

alguna vez, la ropa tirada al suelo y sus lamentaciones de harapo,

el alma en la penumbra como residuo de tortilla,

el cuerpo envenenado y su aritmética empapada de pesadillas;

alguna vez, la angustia afilada frente a las sombras del desuso,

entre la repentina baratija de la tristeza y el pavor del espejo,

y la boca con todos los fríos que propicia la fuga, el cuchillo

de un paraíso incierto, el despertar desnudo a la orilla del sendero

de diálogos confusos y esfinges de atroz ficción;

alguna vez, solo alguna vez, la luz y el agua, las doce noches

de las raspaduras, la mesa en fuga del desmayo, la calle ávida

de irisadas vallas y pancartas, de gestos circulares de espuma.

Alguna vez, el ojo del desmayo en la cama, superado en insomnio.

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De: Como quien pide luz o pide agua, 2021-2022

©André Cruchaga


sábado, 16 de abril de 2022

©Obra pictórica de Jackson Pollock


EL RECUERDO ES UNA MANCHA EN EL CUERPO

 

 

Sobre las hojas diseminadas sobre la mesa, veo los espejismos,

las palabras que nunca dijeron tu boca, la respiración cortada

tras el disfraz, la máscara de siempre como el discurso

en un sótano, imposible de entender en la oscuridad ofrecida.

En el desorden de la noche vuelves y te sumerges en mi cuerpo.

Cavas en mi sueño silencios espesos, silencios que articulan

humedad en mis ojos y dejan una huella de sal en la boca.

No distingo tu cuerpo entre las estrías de la lluvia: el frío atraviesa

el espejeo, mientras los ojos se curvan de sospecha.

Hay zonas oscuras que se desprenden de los recuerdos.

Ahora, por cierto, entiendo la opacidad y los artificios de aquellos

días, los pedazos de paladar, el corazón desvanecido de la juventud

y las alas que fueron hipnosis y quemadura, tentativa y ahogo.

Uno capitula en la continuidad del animal sin brida que nos golpea

hasta el asco, de los perfumes íntimos que nos exorcizan.

En la oscuridad delgada de la piel y la boca, es inútil la alternancia

del tiempo en los dedos, es inútil la espera en la materia.

Es inútil el ardor cuando el óxido ha hecho su guarida siniestra.

Es inútil buscar sin saber dónde habitamos o extirpamos

las palabras que le dieron fisonomía a nuestra propia historia.

Es inútil explicarle al aliento la diferencia entre deseo y realidad.

 

De: Como quien pide luz o pide agua, 2021.2022

©André Cruchaga


 

sábado, 9 de abril de 2022

OSCURA LUZ DE AUSENCIA

 

Imagen de la red


OSCURA LUZ DE AUSENCIA

 

 

tal vez preguntas algo, y en tu boca se duerme

como otras veces la trágica y oscura luz de la ausencia.

Miguel Arteche

 

 

De un bar a otro escribes la ausencia en una servilleta raída

por la lluvia, manchada por sombras de bocas lejanas, moribunda

escritura donde se disuelve la penumbra ennegrecida de aquel lago

de espejos bordeándote la cara.

Escribes las cosas que nadie desea escribir, mientras la luz arde

en pasillos estrechos, indiferentes, inundados de obsesiones.

Tu cara apenas se mira en medio de un pozo de humo.

Nadie te oye el sinsentido, apenas la lenta perversión de la carne,

las imágenes borrosas que se cruzan entre risas sinuosas.

Las palabras suenan como una voz aturdida,

desarticuladas en charcos de agobios, de un pintor de brumas

apocalípticas, de lengua que lame el patíbulo de la asfixia.

En tu boca la turbiedad amarga de las horas, ese sabor de bar

envejecido, tan real como una nebulosa destrozada de pupilas.

Escribes atravesando las orillas del semen, corroído

por la avalancha de recuerdos trágicos, por el vórtice de penumbra

de un puñado de fuegos fenecidos irremediablemente.

Sobre el andén de medianoche, el poema decadente, las pesadillas

líquidas de los tragos y la fotografía aún con muchas preguntas.

Al final, solo esa luz oscura de los fantasmas en el poema.

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De ‘Como quien pide luz o pide agua’, 2021.2022

©André Cruchaga