domingo, 30 de mayo de 2021

EN MEDIO DE RIGUROSOS AMANECERES

 

© Obra pictórica de Krista Harris.



EN MEDIO DE RIGUROSOS AMANECERES

  

 

Dime tú qué ha pasado, por qué esta vaguedad de lluvia seca

hincando la piel, revelando viejos espasmos.

Alberto Marrero

 

  

Todo resulta patético cuando el aliento ha sido cubierto por bejucos de desabrida piel. Nunca supe entender la aureola alrededor de tu sonrisa en rugosos amaneceres, en centellas desafiantes más allá de los acantilados de frivolidad de este tiempo. El presagio se convirtió en juez sádico en donde la desnudez fue bestial río. Dónde quedó el paraguas para cubrirnos de la intemperie, sino en el hueco que hizo la brasa, en el prolongado funeral de las palabras. Ahora solo quiero quitarme la costra de perro acurrucado ladrando a la vigilia. Alguien murió frente a los desencuentros con la tumba anticipada de la risa. Después de todo me queda esa lágrima íngrima de las epifanías secas.

 

Del libro: Fuego de llaves invisibles, 2021

©André Cruchaga


sábado, 22 de mayo de 2021

DA IGUAL LA FLAMA O EL ESCALPELO

©Obra pictórica de  Franz Kline


DA IGUAL LA FLAMA O EL ESCALPELO

 

 

Da igual el filo de la flama o del escalpelo en el abismo remoto de los espejeos frente al ojo espeso de las ventanas que se desvelan en la sangre de la noche. La soga del frío es como la tormenta del insomnio en un ascua de dientes inmóviles a la hora de escarbar en los pies del subsuelo la felicidad borrada en una bruma de guijarros. Siempre estamos a merced de los harapos de los fantasmas que en forma áspera aparecen en medio del sueño. Los relámpagos de la memoria hienden la escarcha del desván del charco de soledad ardido en los ojos. Nada muere, aunque después de todo sea demencia quemar en la almohada la rosa blanca de la ebriedad primera del alba.

 

Del libro: Fuego de llaves invisibles, 2021

©André Cruchaga




 

sábado, 15 de mayo de 2021

DÍAS PERENNES DEL DESPOJO

 

Imagen Pinterest




DÍAS PERENNES DEL DESPOJO

 

 

Por qué los pájaros en el ventanal de la cópula, humeando en el cierzo

que cae fangoso del paraíso. Por qué mis manos se desploman

en tu sexo, entre veloces e incandescentes palabras, entre hilos de polen

y calles roídas por las brasas de fonógrafos perdidos en el viento.

Por qué los pasos perdidos en el torrente amarillo de la hojarasca,

del hollín alrededor del frío de las mañanas,

de los días perennes del despojo con su orgásmica risa de plegaria.

de todas estas dolencias que nos deja un orgasmo de funerales.

Siempre te recuerdo vestida de alegría en medio de la fauna de mi sed.

Siempre tu voz tendida como lluvia en el tejado, ebria de piel y azúcar.

Suena el recuerdo como los sedimentos del país, los reveses del porvenir

y los deseos precipitados en la fosa última del féretro.

A veces la noche es solo un paraíso desdibujado, un paraguas

inapelable, una niebla de cadáveres en el desván donde cae la ropa

y se consuma la negación de la luz en su agónica cantera.

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Del libro: ‘Fuego de llaves invisibles’, 2021

©André Cruchaga


martes, 11 de mayo de 2021

DUELE EL DECESO DE LA DEMOCRACIA

 

Imagen FB de Pere Bessó




DUELE EL DECESO DE LA DEMOCRACIA

 

 

Ni mi vida es completa ni mi muerte ha fracasado completamente.

Físicamente no existo, por mi carne destrozada, incompleta,

que ya no alcanza a nutrir mi pensamiento.

Antonin Artaud

 

 

Ahora se consagra la noche y cubre los atrios más oscuros del país.

Alguien quiere lavar la ropa con el agua servida de las alcantarillas.

Empapado de tierra quiero respirar sin el goteo perenne del miedo,

resistirme a los tantos disfraces que desangran mis vísceras,

He perdido la noción del bien y solo veo la máscara de carcajadas

del mal y quizás el punto final de la piedad.

Aquí todo instante es sombra: hay horas vencidas y despiadados cuervos

junto al turbio silencio de una soledad disecada en el dolor.

Todo aquí es abismo. El ahogo de un país asfixiado hacia dentro.

La desnudez del amor danza sobre el asfalto y las axilas.

El ojo se pierde en los acantilados y nos mutila el desamparo del llanto.

Dentro de poco, entre lo real y lo ilusorio, seremos imagen ecuestre

transitando la brisa plisada de la opacidad.

Ante la libertad todo es un cadáver desconocido y duele el deceso

de la democracia y su espectro de ceniza. Duele el filo de esta hora.

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Del libro: ‘Fuego de llaves invisibles’, 2021

©André Cruchaga


viernes, 7 de mayo de 2021

SENSACIÓN DE ORFANDAD

 

©Obra pictórica de Alexey Rychkov



SENSACIÓN DE ORFANDAD

 

  

Un extenso suelo de agujeros inunda la garganta de estos días de ronca confusión. De rodillas uno arrastra las cornisas del poniente, los mares de hojas derretidas en el aliento, el carrusel de polvo de la rosa blanca sobre lo innumerable del viento. Cada palabra de tus ojos tuerce mi alma, cada polea de tus párpados, remueve los pedazos de calles en mi pecho. En alguna parte, errantes como la noche, los brazos llueven en su cansancio; forcejean los oídos en un muelle de raíces oscuras. Desde el pecho hablan los candiles apagados, espesa la niebla, rota toda el alba y su fuego.

 

Del libro: Fuego de llaves invisibles, 2021

©André Cruchaga


miércoles, 5 de mayo de 2021

LA ESPINA Y SU INFINITUD

 

Imagen FB de Pere Bessó



LA ESPINA Y SU INFINITUD

 

 

aún queda mucho tiempo por delante:

entre dos luces pueden verse aún

jirones de las sombras que llevamos.

Carlos Pujol

 

 

Nada es nuevo en esta polución de huesos sobre la hoja que desciende

del recuerdo, ni viejo el árbol desnudo del invierno

en su espeso sendero de tierra, estanque donde leemos espejismos.

En medio del agua de río, procuramos limpiar el muro de piedra

que respiramos en un firmamento de noche-día, paraíso y muerte.

En la tumba de nubes de la tormenta, saqueamos el nicho de la sombra

de la morfología tantas veces presente de la duda.

Nunca dije que fuera fácil cruzar el bosque de fuego y a su vez callar

la tormenta posterior a las asimetrías de la expiración.

En todo hay un juego perverso en un desierto de criptas circulares,

una cueva que nos pierde, un infierno obsesivo de asedios.

En la luz de la undécima hora necesitamos reinventar los precipicios,

o, al menos, obligarnos a dar testimonio del destiempo que sabe

a atrocidad, arrecia la bruma y nos acribilla, mordisquea el forcejeo.

Ya desde la entraña, la espina empieza con su infinitud.

Ya desde la cadena, uno solo percibe los excesos del delirio.

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Del libro: ‘Fuego de llaves invisibles’, 2021

©André Cruchaga


sábado, 1 de mayo de 2021

NADA PUEDE RESTITUIRME EL BRILLO

 

Imagen Pinterest




NADA PUEDE RESTITUIRME EL BRILLO

 

 

El que entrevé el enigma del nihilismo,

también podría entrever una estrella fugaz y asentir.

Kostas Axelos

 

 

No hay tal paraíso ni cielo en esta acumulación de fantasías fugaces.

Es irónico transitar sobre pupilas de espejos aletargados,

quedar inmune ante los ojeras de los relojes, sin desafiar la inútil

gloria de este mundo: hay altares de hierro sin estupor alguno.

En el fósforo del día se pudre el pecho de los cadáveres y es triste

la carraspera de desnudez de los lenguajes derramados en el asfalto.

En el círculo de la liberación la lejanía es la única cobija de la noche,

la forma en que nada es, o solo el miedo.

Uno tiene derecho a desilusionarse y cavilar en lo ascensores.

Ningún incendio es tan cierto como el dolor corroído de la orfandad,

ni la desesperación tan cerca del metal de la locura, tan de piel

la tragedia del infierno y los ángeles con danza y sus propios ataúdes.

Si algo es verdad, entonces, soy un payaso y santo remedio.

Pero tengo unos ojos que se cansan de andar entre escombros.

Unas rodillas indefensas ante el trueno, un jadeo de arenas y alas seniles

como migajas de una bandera rasgada por el golpe de polvo del poder.

En realidad, nada puede restituirme el brillo de tanta estatua insomne.

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Del libro: ‘Fuego de llaves invisibles’, 2021

©André Cruchaga