jueves, 20 de diciembre de 2012

METÁFORA DEL POEMA*

Fotografía tomada del blog de Manuel Alonso Català





METÁFORA DEL POEMA*




Al poeta Francesc Mompó, por la amistad.

Para rezar no he de juntar las manos,
pues ya está consumado su destino:
indecible es su bien,…
AUSIÀS MARCH, (València)




mi poesía no es el centro del universo ¿por qué habría de serlo?  tampoco es el evangelio donde el cielo no se ensucia con el barro tampoco soy el camino sino el polvo residual de las estanterías donde los muertos escoltan a otros muertos por si alguien quiere saberlo me importa el punto y aparte y no los suspensivos me gusta estar cómodo trabajando durante las semanas el poema: el mismo poema que se desvanece en el yute de las estrellas el mismo poema harto de piernas y albardas el mismo poema confundido con el comején y la aldea eriza del crepúsculo y el obelisco de las lamentaciones a la hora del santo rosario aun con todo aguzamos los sentidos en el hedor del peltre donde sucumbió la última lágrima seca del grito: el horizonte nos parece inocuo después de todo cuando el mendigo consume la última antorcha de la fulguración de la memoria después de todo el poema siempre es el mayor peligro que existe para la oscuridad: ya hemos leído la profecía de las metáforas y nos pareció amenazante su corsé interior aunque ellas a menudo nos hablen de lumbres inefables a veces resulta infame el regazo que imaginamos —perdón por las sombras que acarrea la infamia perdón por la dinamita de las metáforas por la ceniza interior del fuego— pero el poema es así: nos salva o nos hunde sin embargo hay cobertores para disipar los peligros las contrapuertas del hambre están ahí en su misión de carpintería están despiertas con su rigor abominable despedazan —imaginémoslo— el abrigo y el roquedal al mismo tiempo la suavidad y la aspereza en adelante claro uno tiene que estar ojo al cristo del vacío a los absolutos y rotundidades de la locura a la dejadez del llamado al discernimiento señoras señores:  el kerosene no apaga las brasas de la sangre soy un bulto tocando los remos de la lluvia si fuese necesario un día gobernaré en mi ínsula y acabaré con las puertas y los tapiales con la casualidad fúnebre de las elegías y su gravedad de cicatriz expresiva combato cada día al poema porque se ha vuelto mi enemigo se volvió falible a las cabalgaduras al sollozo horrible del arriero mar adentro de la resignación del dolor pero el poema y el poeta son un destino indisoluble: destino fatal no olvidar las ansias la viudez prematura de los sueños y la práctica sin amor de las palabras en mis andrajos también se anuncia el poema en ese algo inevitable que  ven los ojos en la infinita variación de lo humano clavado en el madero de los cromatismos  las palabras reaccionan como un cordero: los dolores de parto de la balanza y la azada que se encuentran en nuestras costillas hacen —digamos— que se rompa el cántaro en el poema está el súmmun de cuanto el poeta clava en el alfabeto los cuartones de la imaginación hágase pues la voluntad del poema y que la perplejidad sume metáforas…
Barataria, 17.XII.2012

*El contenido de este poema tiene que ver con la connotación de metáfora que se usa en el Cartero Neruda.



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