lunes, 14 de diciembre de 2009

Insomne afán

Antes como hoy, la Nada prefiere acariciar los huesos del césped
Y reir frente a la incineración de los cigarros.
Miquel Sancho Subirats









Insomne afán







…en algún lugar de la Tierra
yo andaré insomne por algún pasillo
FÉLIX GRANDE

…y me rompo la vida, y más me afano,
y arriba voy volando en un suspiro...
JAVIER DE BENGOECHEA








Perseguido soy por disfrazados guardianes del status quo.
En muñones de tiña, la dialéctica es la sobremesa.
En los ojos las telarañas hacen su propia escritura.
Cada quien le roba un pedazo de cuento a las mariposas.
Antes como hoy, la Nada prefiere acariciar los huesos del césped
Y reir frente a la incineración de los cigarros.
Cuando niño los kilómetros del pulso servían para deslizar
Los trenes de mi fantasía. Ahora para saber la distancia amarga
Del aire estéril en los caminos.
La sed me aguarda en el balcón del murmullo.
En la axila de las sábanas guardo mi sombra. Ahí lucho con el calor
De las respuestas, con el placer de arrastrar mis ojos cerrados,
Por todos los demonios que inútilmente me persiguen.
Nací sin poder vender al mejor postor mi alma. La idiotez es capaz
De lanzarle injurias a la razón. —Al menos eso digo cuando
Quiero conocer mi propio ADN a la luz de cualquier postrimería.
Bajo los efectos de las células madres, me gustaría reinventar
Los mercados de pulgas, sin la arrogancia de las grandes vitrinas.
De hecho, también me gustaría hacer ceniza de las pirámides
Y hacer trocitos de analgésicos para los falsos políticos
Que cubren la mano contagiosa de su alcoba.
Sueño con el sueño sin negar la movilidad de los gusanos,
Sin olvidar que la muerte usa hoy máscaras sofisticadas, y bisturís
Como la fatiga y ropa relevante que no usan los muertos.
Sólo el ojo de la impotencia quiebra mis brazos. Aborrezco los domingos
Genuflexos, la monotonía en cadena de los sordos,
Aborrezco a los miserables que quieren traficar con el olvido
Y escarban en las inteligencias más conspicuas.
El dolor me ha vuelto un espejo imposible de olvidar al momento
De masticar ciertos condimentos —no necesariamente afrodisíacos.
La monotonía sin tirantes es deleznable. Lo son también
Los campanarios sin arco iris, sin el diezmo del badajo.
Un día moriré en el hocico doméstico de los perros, nueve cuartas
Arribas del crujir de los dientes y la fritanga.
En cada suspiro rompo las axilas del grito, las solitarias quebradas
De la fuga, la carne seca del abismo,
Los despojos que dejan las hormigas en los paralíticos,
La muchacha que me hundió en la opulencia de los grises,
El vampiro de las visiones que nunca me dejó tener sosiego.
En cada hoy, hay un ayer de espejismos: —el atavismo de las heces,
Los petardos del rap a la hora de la siesta,
Y ese vampirismo vegetativo que nunca es aliciente para nadie.
Barataria, 05.XII.2009

2 comentarios:

Marian Raméntol dijo...

Magnífico sin paliativos. EL uso del lenguaje en lo poético va mucho más allá de las palabras, y no me cabe ya ninguna duda, de que en tus manos, hasta lo poético queda pequeño cuando te mira.

Un abrazo
MArian

André Cruchaga dijo...

Gracias Marián. Un enorme privilegio saberte aquí en este Cielo a caballo. Insomne badajo en el aliento.A menudo el insomnio se torna materia prima para el poema: el poema que busca la vida, el vilano en el corazón de los espejos.
Un fortísimo abrazo,

André Cruchaga