sábado, 17 de febrero de 2018

LITURGIA ABISAL

Pintura de Lisa Noonis, 






LITURGIA ABISAL




Sin mediar en las profundidades,
las palabras murmuran en la rama de las contradicciones,
los dedos siempre del amanecer hundidos
en la ceniza;
se evapora el tren de la furia de estos días,
el humo del candil sustituye las colillas del incienso,
el farol del punto y aparte de la saliva,
reparto la raíz cercenada
de la febrilidad,
entre paredes enmudecidas de ojos,
entre un espejo y otro a la velocidad de los panales.

Hay profundidades donde caen fríos los sombreros.
También gotas de fuego rodando en el abismo del ciego
puñal de las liturgias.

Despierto sobre las piedras con crujido de nostalgias;
jamás pensé que un día el horizonte sería arroyuelo
para lavar la sombra de mis pies;
toco los altares manchados de ceniza,
mi existencia que se afirma
en los fantasmas,
en los círculos grises de la sed.

La fugacidad siempre me ha parecido
un don de la misericordia;
dejé de contar los días para no equivocarme en las respuestas.

Mi destino lo busco siempre destejiendo la rosa del presente;
de otro modo,
carecerían de enigma los ángeles y los demonios.

Cuando deje de volar habré aprendido el algoritmo del olvido.

Al filo del escalpelo no escapa el aliento,
pero la sangre del verdugo nos alcanza hasta tocar fondo.
Nunca aprendí a rezar el Padre nuestro
porque toda voluntad nace
de uno, cuando tuve sed,
todos los odres estaban vacíos.
Del picaflor a los demás pájaros
reinvento la fugacidad del vuelo,
así le respondo a quienes bailan dormidos.

Siempre que uno se interna en la habitación del alma,
la puerta contra el frío está más segura;
de lo contrario uno moriría
en el riel subterráneo del camino cruzado de la ansiedad.
Aunque hoy,
por cierto, nadie escapa de ciertas ansiedades:
hay crujido de celdas por todos lados,
la honestidad se ha convertido
en un bien difícil de encontrar sobre la mesa,
—pasamos de la mazmorra
a la calle sitiada;
de la huella al vestigio del olfato,
del libro, al jeroglífico;
paredes abandonas apretando el asfalto.

(Vos con tus curvas de ola llegando a la orilla del pecho:
lisos grises de una soledad en fuga,
hacia el tallo confundido de las manos;
desnudos los cuerpos en la solapa del viento,
hacia el hueco de la fuga,
anillos de tierra cimbran su metal en las ingles,
allá las voces desordenadas en los dedos,
queriendo llegar al margen,
o al centro de la piedra cóncava que nos sostiene.
Vivimos tiempos de caminantes sin zapatos.
La fuga nos cobija.)

Todo tiempo persiste en sus angustias y ternuras.

Barataria, 2012
Del libro “EN ALGÚN LUGAR INEXISTENTE”, 2011-12 (inédito). 130 pp
© André Cruchaga
Pintura de Lisa Noonis, 2017 

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