jueves, 15 de noviembre de 2012

DESAFIO A LA RAZÓN

Imagen tomada de la red






DESAFIO A LA RAZÓN




En la mirilla del dolor, uno se percata que la noche es fría,
tan fría que sólo es posible el azar.
Después de bregar en el júbilo sangran las colillas
en medio de los dedos;
en la niebla irreal de las estatuas,
yace una gravedad de grises que luego desvela el alma.
Si cada promesa es una semilla, ya no respirarán los invernaderos.
Si a cada incandescencia le ponemos brida,
de seguro habrá menos ceniza y mausoleos.
Si a cada ternura un candil, es probable que la sed
se convierta en guijarros o en obscena lápida alrededor de los huesos.
Barataria, 07.XI.2012


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