martes, 13 de noviembre de 2012

AQUÍ EN EL PATIO DE LA SOMBRA DEL ROSTRO

Imagen tomada de la red






AQUÍ EN EL PATIO DE LA SOMBRA DEL ROSTRO




Aquí en el patio de la sombra del rostro,  la ráfaga de ropa
amotinada, la costa enterrada en el graznido
de aquella embarcación
dura de pinos, allí, desarmada la trementina en la profundidad
invicta de la leche.
En sus senos el aire resguardado de las llaves, clara turbulencia
de la vitrina asediada por los dedos de la ventisca;
lleno de paraguas el vestíbulo de los poros, nos arrojamos hasta el pitazo
de  solemnidad de nuestro mundo enterrado
en el triángulo sin candado de la primavera, en el racimo rojo
del camino acumulado en los nombres.
—En adelante, los barcos los escribimos con letras mayúsculas…

Barataria, 10.XI.2012

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