domingo, 18 de noviembre de 2012

PACIENCIA DE LA MÚSICA

Imagen tomada de la red






PACIENCIA DE LA MÚSICA




En el fogón del amor que se revela a través de la ventana,
el agua ciega de la piedra, efervescente música del rapto,
—temblor de mar, quizá en la ola—
esta música apretada que nace de la sangre y desvive en vigilia
y escinde los días,
entre el destello de las manos y la  maleza de la caverna.
Y aunque los peces del zodíaco cumplen su designio, atónito me quedo
respirando en las tumbas,
de esta paciencia mayor que me da el pretérito de la música,
junto al piano derretido de la lluvia.
Y claro, resulta que en la superstición de tus mulos,
hay inevitables gargantas que andan tejados derretidos, abecedarios rojos,
como una hoja de otoño tatuada en el pecho.
En el recuento de mis pasos póstumos, —estarás, estaremos—:
Pues en la ceniza, también descansa el fuego,
como el ojo mayor del alba en el crepúsculo, como la danza de los fósforos.
Brataria, 13.XI.2012

1 comentario:

Anna Genovés dijo...

Buena entrada, André

Es obvio, todo presente, tiene un pretérito tatuado en su memoria.

Besos, Ann@