miércoles, 28 de abril de 2010

MURO SECRETO, EL VUELO ALZADO

El sueño abre las bujías de los pétalos. Muro secreto el vuelo
Que el ojo alberga en su trance de sed.
A menudo emprendemos viajes inefables. Viajes de aquí, allá.
—Viajes sin manos que auxilien. Pétalos de ventanas.
Autor de fotografía: Juan Santos Navarro






MURO SECRETO, EL VUELO ALZADO





Donde reina el silencio y el sosiego celeste,
¿Qué podemos hacer con tantos versos ineludibles?
NIKOLAI GUMILIOV






El sueño abre las bujías de los pétalos. Muro secreto el vuelo
Que el ojo alberga en su trance de sed.
A menudo emprendemos viajes inefables. Viajes de aquí, allá.
—Viajes sin manos que auxilien. Pétalos de ventanas.
Vuelo secreto, también, este que se emprende en los crepúsculos.
Muros y alas en la lección cotidiana del espejismo.
Siglos de acechanzas y disfraces. Siglos de noctámbula escritura,
Guardados en los cofres descalzos de los pasos.
[El poeta hace acopio de la fantasía en su desvelo. Cimbra sus ojos
En los espejos de la noche. Incauta la ráfaga de las luciérnagas.
Duerme en la penúltima hondura de las puertas.
Sigila el dardo de las perplejidades. Muerde el karma de su aliento.]

Uno sube y baja caminos. Anchos caminos. Redondos caminos.
Brama en ese nunca acabar los pasos. Aquí movida la garganta
Por el aire. Por el torrente salpicado de recuerdos.
Entramos a la espuma hendida de las aguas. A los brazos completos
De ese largo camino, —caras y noches y sudores y claridades juntas.
Respiramos el primer sudor del portento.
—Vos y yo, las palabras mudas en los labios. La lucidez suave
Del orgasmo, sangre alada del sonido. Sangre honda poblada
De puertas. Rostros que deliran en la palpitación de la altura.
[El poeta devora el toro de los vientos. Sobre sus hombros el Universo
Derramado, el amor de los amantes en la cintura de los pájaros,
La roca de la luz en los ríos del pecho. El seno sideral en los ojos.
El destino nacido en la lucidez de las gaviotas, —cielo y mar
Con su propia desnudez, espesor sin límites.]

Siempre besamos el hueco del pálpito. La tierra del éter. La nube
Del grito. Esta soledad espectral de los brazos.
Hacia los litorales del velamen, esta carne aquí en su misterio.
Noche de muros donde se levanta el Universo. Luz aérea la onda
Del suspiro, la brisa rutilante que cruza las paredes, la playa quedada,
Intangible, de la propia desnudez de las cábalas.
Antes de cruzar la ingravidez de la noche, el juego de las melódicas,
La total combustión de las armónicas,
El cielo hondo del beso derramado, los desengaños impasibles.
Antes, para el ya no estar aquí, intrincada transcurre la noche,
Los muros feroces de la bruma, el ojo de la infancia deslucido.
Después, la luz convocada para el vuelo. El rapto del aire,
Y hasta la misma plenitud de los pájaros en la mano urgente del cosmos.
Barataria, 18.IV.2010

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