miércoles, 29 de marzo de 2017

DOMICILIO EXTRAÑO

Pintura de Salvador Dalí, cogida de Printerest.





DOMICILIO EXTRAÑO



Al poeta Antonio Rivas Carreño



Los pájaros suelen tener domicilios extraños y mañanas como la vocación del cierzo tras de ellos hay disimulos infranqueables y tristezas afiladas como los dientes del suicida como toda la publicidad que permea los bolsillos son muchos los revoloteos del deseo y los torrentes desandados del retumbo a menudo la voz es sólo ese largo lamento de las bisagras de la vida —en lo aurífero de los anillos del viento el destrozo de  todos los juguetes de las culpas los armarios los miedos el aroma gigante de la madera de pronto se me hace necesario echar las telarañas al fuego lavar la ropa de hollín del aliento respirar el feto ennegrecido de la sinuosidad escapar de los cuchitriles de la almohada ahora es preciso releer aquel tiempo madurado en los ijares: cada quien puede inventariar sus olvidos y llorar o sonreír todo el desvelo de las penas (Me quedo tal la noche viuda e intransitable: el envés callado de la luz como aquel cristal engañoso de la oscuridad me quedo con la entereza alígera del viaje en calma aunque abunde todavía el galope y el cansancio la mirada se detiene en la tinta disecada: todos los absolutos que conozco son ciegos de árboles en su interior pía el silencio de las ventanas y el polvo de adobe de los callejones)

En la matriz del pájaro el ojo vaciado de andar con el aguijón o la esquirla los golpes de enfrente de la destrucción el ancho mundo de las manos sin sentirse

Ahora sé que nunca hay vehemencia en el tragaluz de la gota cruda que resbala en la cara: siempre son extraños los extravíos endurecidos o el espejismo

Aquí los jirones son lo único definitivo…
Barataria, 2017

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