jueves, 2 de septiembre de 2010

PAÍS [Poema apócrifo]

Llueve en el País de los muertos. En los fantasmas dueños
De la memoria, noche en la habitación de la penumbra.
El País se escucha en la voz de Rulfo, se hace visible:
O “No oyes ladrar a los perros”, del Llano en llamas.
Como un carro sin frenos confluyen todas las aberraciones.
Fotografía tomada de "Infojardín"







PAÍS [Poema apócrifo]








…mallas de papeles y metales cierran
El aire del territorio amurallado/Cuando
Todas las puertas son candados/ Y las verdades son mentiras
Y las mentiras se hacen leyes…
BRUNO SERRANO ILABACA






Llueve en el País de los muertos. En los fantasmas dueños
De la memoria, noche en la habitación de la penumbra.
El País se escucha en la voz de Rulfo, se hace visible:
O “No oyes ladrar a los perros”, del Llano en llamas.
Como un carro sin frenos confluyen todas las aberraciones.
Ante esta tierra de escalofríos, no sé si tendremos una catarsis final;
O, “Un jardín umbrío”, al estilo de Valle-Inclán.
Uno no puede nacer y vivir toda una vida con estas cosas
Que nos son dadas a fuerza de verlas y repetirlas: hay que hacerlas
Respirar y mudar escamas.
Soy todos los sueños en el subsuelo de los discursos oficiales.
Escombro del pedestal donde ojos y oídos rompen las entrañas.
Aquí la muerte es dura como los témpanos.
La mentira es un madero corpulento.
Poco falta convertir la tempestad en un platillo típico,
Terminar con los atardeceres y las puertas, hacerle un himno
A la postración y a la duda y dejar que los insectos hemípteros,
Canten sus estridencias a la hora de la siesta.
No obstante vivimos en un País donde se transpira la felicidad:
Al fin, las legiones de muertes diarias son necesarias, aunque no se diga
Públicamente: la oscuridad se ha vuelto una hermosura,
Capaz de venderse en los paquetes turísticos.
Con ilusión devota celebramos el día de la Patria, es decir, del País.
Da gusto tirarle besos a las cachiporras; hacer giros de pelotones;
Morder el anzuelo de las arenas movedizas,
Gozar el hambre con toda la fragancia de los zapatos,
Masticar los veintiún cañonazos del trino augural.
Amor, Amor, Amor, —libro de fantasmas. Carne viva disperso en delirios.
Amor, Amor, Amor, —ojos que no sienten.
Amor, Amor, Amor, —tinta desvanecida en el agua.
Amor, Amor, Amor, —pozo macabro de la pústula en el lecho.
Amor, Amor, Amor, —prensapapel de las entrañas.
Amor, Amor, Amor, —golpes de pecho para espantar zancudos.
Amor, Amor, Amor, —oscuro garabato de la concavidad.
Amor, Amor, Amor, —embriaguez cromática del apócrifa.
Amor, Amor, Amor, —sinfín del verbo o del viento.
Amor, Amor, Amor, —tierra de la noche, hijo menor de la fuga.
Amor, amor, amor, Amor, amor, amor, Amor, amor, amor,
Amor, amor, amor, Amor, amor, amor,
Amor, amor, amor…
Barataria, 31.VIII.2010

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