lunes, 31 de marzo de 2008

Memoria en el espejo_Poema de André Cruchaga

Ilustración: Marc Chagall.








Memoria en el espejo






Tu voz a veces me reclama
Y no sé qué cielos y aguas
Se me despiertan dentro”
Salvatore Cuasimodo: Callejuela




Ya no pronunciaré tu nombre
Aunque se pierdan algunas letras del alfabeto
Aunque las estrellas tiriten sobre el poyetón de la intemperie
Prefiero sonreírle a las aguas de la noche
Y a este otoño mío convertido en un parsimonioso pergamino
Sé que no pronunciarlo es hacer un viaje sin rumbo
Es flotar sobre las aguas sin itinerario
Es asir la ceniza y patinar sobre ella
Es dejar el alma al descubierto y despojarme de sus alas
Que siempre empaparon mi carne de bosques y montañas
Es verter alfileres en el cojín de las sienes
Y tragar toda la nicotina de la hojarasca
Es renunciar a la lluvia que irrigaba mis párpados
En ríos azules devorando los poros
Es encontrarme con el cansancio de las palabras
Es dormir en la mudez de los mensajes
Es detener la aurora y perder los deseos
Es partir como parten los besos sin aliento
Es perder el misterio que deja la huella del designio
Es perder la mirada para cederla a las sombras
Es perder la esencia y la geometría del eco
Es perder la espuma nupcial del idioma
Para dar paso al vaho de nuestros cuerpos
Al estío extendido en rascacielos
Ya no pronunciaré tu nombre ―me digo―
Pero la imagen raptada sobrevive en la memoria del espejo
En el gallo de la mañana cautivado por el cierzo
En la temblorosa mano bebiéndose el tiempo
En las peripecias del sueño que navega ausculto
Sobre esas regiones musicales de tu cuerpo
Que crecen en el esplendor de mi desatino
Cuántas cosas nos han acechado y nos tienen como páramos
Atroces nieblas y musgos
Rostros horadados por el llanto cuerpos sin vestir
Una embriaguez fugaz y sin embargo cautiva
Un ardor transparente igual a los veranos
Es todo y sin embargo hay una luz posesa:
Manantial del papel tu espalda y pecho
Deseo arterial en pensamientos derramados
Mineral tu cuerpo: en él me refracto
Aunque sea de noche y la desesperación me embargue.
Barataria, 05012004.
Del libro inédito: Transparencia esperada.
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