sábado, 16 de octubre de 2021

PARAÍSO SIN PÁJAROS

 

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PARAÍSO SIN PÁJAROS

 

  

Paso mi mano fría por la cama

Está vacía, vacía como mi pecho

Como lo que me restó de alma

Via Plaza

 

  

Entre sumas y restas, una jaula frenética, las venas rotas entre los dientes, la ventana del pecho entre sombras, el camino de la herida sin bizna ni fragancia: la herida es náufrago y deriva  en un suspiro sin ropa, helada la sed en los féretros del ojo, hundida la esperanza y sus tripulantes. Hay un grito ebrio en el desierto de la cama, una almohada sorda, fugitiva como el mal agüero de la niebla en los ojos. Ya es remota una fogata de orgasmos en un imaginario de cascajos, o una sonrisa inocente entre montañas de cráneos vacíos. Siempre vivir en un país como el nuestro tiene sus riesgos: nunca falta la pócima de sal en un pocillo de barro gastado por uñas y gritos. Jamás este paraíso tuvo pájaros alrededor de los brazos, pero sí, moscas y sabores agrios.

 

De Camino disperso, 2021

©André Cruchaga


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