miércoles, 25 de septiembre de 2013

DESAPEGO

Imagen cogida de la red




DESAPEGO




Me alejo, pues, de las imágenes negras de los círculos. Ya sólo pensar
me causa escozor; prefiero, de pronto, no hacerlo y seguir la sombra
rugosa de la lluvia, al cabo, filial para mis ojos.
—Sé, sin embargo, cuánto pesa la mesa vacía y sin mantel.
(Quiero estar en mis trapos viejos, aquí, cuando la tarde trabaja
con los difuntos, en el espejo cansado del crepúsculo.)
¿Qué me dices, después de dejar el alma? —Nada habré de decir, socavados
los miedos. Nada en la claridad cuando asciendo.
Tiemblan las vitrinas del oleaje del horizonte, apenas abolidos
los sonambulismos, el imán de los mástiles en los párpados, las llaves
purificadas del calostro…

Barataria, 20.IX.2013

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