

Nada envejece tan pronto, salvo una flor…
Nada envejece tan pronto, salvo una flor…
José Gorostiza
Cuando la flor muere, dura en la memoria
Porque ha vivido.
El poema vive y no muere,
Traspasa la carne y las ventanas. Así fue
Desde el Principio. Ahora arden más sus ojos
Aunque la rodeen los brazos del almez.
Siempre lo efímero es una eternidad
O la eternidad es un hilo fugitivo,
Donde la tarde arrebata la mies de la mañana.
Y sucede que el seno filial también es pasajero
Como el cuerpo en la cripta donde duerme.
La obsesión de lo eterno, sólo cabe en los fanáticos;
El horizonte cuelga en el esqueleto de los siglos,
A pesar de ello, todavía se confía en el arco iris.
Todo envejece pronto, salvo las ideas:
Mi abuela me hablaba de Platón y Aristóteles.
Hace siglos que Heráclito impacienta.
Ella ya no está pero unía los rompecabezas del augurio
Como los antiguos alquimistas del futuro.
Salvo todo, la vida y el caos no envejecen,
Salvo la poesía con su fecunda placenta de semillas
Pervive junto a las lámparas de las catacumbas…
Barataria, 25 de junio de 2005.
Del libro antológico: Salvo la memoria, nada existe, (inédito)
Leer más en: www.artepoetica.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario