Alta, Utah
ALTA
Muerde mi luz
con el océano, desguarecida huida de sal
aspira clientela del viento
desde el paisaje surgiendo del alma.
con el océano, desguarecida huida de sal
aspira clientela del viento
desde el paisaje surgiendo del alma.
Nelly Sachs
Durante
nuestro sueño pasamos largas horas de desvelo.
Sobre
el escombro de abetos,
inauguramos
nuestros zapatos,
y
le robamos a las fotografías,
el
cielo puro de la fantasía.
Una
flor blanca abre toda nuestra felicidad.
Olvidamos,
de pronto,
los
atados de dulce, por esta sombrilla
de
paciente blancura.
Cae
y nos desangra la nieve en las ventanas.
Cae
sobre la sábana
el
borbollón de ríos inasibles, la sal del aliento,
la
paradójica nube del ansia,
el
gentío con sus pulmones abiertos.
Cada
día, aquí,
oficiamos
la música en el pecho.
Antes,
nunca pensé en tanta página en blanco
para
reescribir tanta lejanía,
ramas
circulando en el otro costado de la sangre.
La
luna se confundida en los días de la semana.
Es
decir, no hay tiempo ni lugar,
ni
otra magia que la entumezca.
Al
pie de los zapatos la balanza espectral de la saliva.
Little
Cottonwood Canyon, el Rustler Lodge, dan la sensación
de
estar en un tren alado, envuelto en espejos.
Caminamos,
obsesos, sobre la oscuridad blanca de la noche.
Afuera,
el frío trota, como una brasa conspirativa.
Justo
en lo indefinible,
hay
lagos que el desvelo convirtió en hielo;
sábanas
cristalizadas de pinos,
bosques
fermentados.
Al
fondo, lenguas pétreas de hielo,
peces
congelados.
Los
ojos quedan yertos sobre el altorrelieve de la nieve galopante.
La
dicción demora en ordenarse,
arde
la temperatura en los dedos.
Muerde
la rosa blanca del paisaje.
Cuando
me asomo a las ventanas,
veo
la fuerza del entorno,
el
instante inventariado en la memoria,
el
estanque quieto de la naturaleza,
el
nosotros esperando que salga el sol para calentar los huesos,
el
mediodía puntual de la intimidad.
Cada
caminata es un espejo diurno de lluvia y follaje.
Desde
lo alto de los cañones,
la
autoconciencia de las alacenas,
las
horas de desayuno, el café negro,
las
horas salidas de la altitud de las palabras,
las
horas sin señales matemáticas,
las
hojas sufrientes de la estación.
En
Alta, escribo en mi cuaderno el olvido:
el
vientecillo se encarga
de
hacer leve,
el
agua fatigada de Heráclito.
Alta, Salt Lake County, Utah, diciembre de 2010
South Sniderville Basin, UTAH, diciembre de 2010
Del libro “CUADERNO DE SALT LAKE CITY”, 2010 (Inédito)
170 pp
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