domingo, 25 de junio de 2023

EDAD INCIERTA

 

©Pintura de Joan Mitchell

EDAD INCIERTA

  

Y me quedo mirando el mundo sin ojos, algún día el aire roto, sobre la piedra circundante la madera. El pecho quemado entre multitudes extrañas. Sin fotografías las arterias rotas, lo que fuimos en el frescor de las certezas. y este morir desenfundado de la piel. Años junto a la fumarola de su risa, adolescente desnudez de las mordidas bajo un corazón de flauta. Una herida de cansancios sangra en las calles con sabor a vinagre y despojo. Una medianoche nos enreda para no mirarnos, un incendio de cántaros arde en los costados. Detrás del muro de esta fosa, los ecos de la infancia asfixian y cavan en lo hondo de la espera: ahora, todo es surco de silencios en la boca. Una calle de sombras alarga su lengua de miedos hasta hacer de la noche áspero asfalto.

Del libro: «La crypta de Daphne», 2020

© André Cruchaga


lunes, 19 de junio de 2023

SUSTANCIAS VULGARES

 

©Pintura de Joan Mitchell

SUSTANCIAS VULGARES

 

Hay algunas sustancias solemnes en el aliento: la ceniza súbita que reemplaza al sollozo. Para nosotros el dolor tan cotidiano se ha tornado otro cuerpo en el sueño. Las ansiedades, cuyo río profundo, ahogan las páginas escritas para el olvido. Somos en el país que anoche cada día un muelle irreparable. La sal de neblina que borra el agua de las alacenas y el pez en el trasmallo de la voz, son irredimibles como herencia de la noche. Después de todo, calles y carne mías son banales, convocadas para la sobremesa de unos brazos imposibles. El hastío adquiere proporciones inusitadas y brumosos antros de inmortalidad. Estéril es aquí una lágrima dentro del ruego de los zapatos, un ojo de pronto que se asusta en los burdeles.

 Del libro: «La crypta de Daphne», 2020

© André Cruchaga

©Pintura de Joan Mitchell


jueves, 1 de junio de 2023

PRIMAVERA EVOCADA

 

©Pintura de Joan Miró.


PRIMAVERA EVOCADA

 

 

Y tienes que venir a mi memoria / como un ángel dormido,

Exhausto de haber amado tanto/ mi boca transigente y lúcida.

LUIS MIGUEL RABANAL

 

 

Aquí un sendero de poluciones en las ojeras del firmamento con su afán de tránsito, el cuerpo de un pájaro apacentado por los dedos, las comisuras de cristal del viento amanecido debajo de un sostén de latidos a ritmo del deseo como la hoja del fuego desposado. Aquí la rosa de rodillas frente a la pira del sofoco. (Ambos aprendimos a derramar la yesca calcinada de la piel, mientras la ciudad, a contraluz, escribía el poema con brasas luminiscentes.) De aquellas caídas, latentes y abiertas, creo escuchar la fragancia de las alas y el poniente de musgo anticipado de dos sombras que se precipitaban en el horizonte. El diluvio se nos lanzaba sobre el fragor de la marea de la primavera y la sangre. En aquella pleamar tuvo sentido la música y el deshoje de «la rosa del pecado.» Deduzco, mientras callo que todo era el prefacio de un destrozado invierno en los flecos de mi apetencia.

 

Del libro: «Un fuego desmemoriado», 2020

© André Cruchaga