Imagen cogida de la red
SOMBRAS INVERTEBRADAS
En el
ojo de la sombra las tantas aguas invertebradas de los sueños.
⎼⎼Siempre me decís que el tiempo es un juego inasible
en las manos.
Y que
en el garabateo del lenguaje, hay un chorro creciente de sombras,
bocas
apretadas de espinas,
lavatorios
de abundantes ojos, hojas con pedacitos de gusanos,
desbandadas
de esquinas como el pulso desbordado de la locura.
Todas
las sombras, moribundas, atraviesan
inexplicablemente mi pecho.
(No hay una forma exacta para quitarle las
estridencias a los zancudos);
siempre
sorprende el paisaje del éter,
y los
cachivaches para la prosperidad de los montepíos y esa costumbre venenosa
de
los dientes y ese duro fruto de la tristeza en tiempos de hambre.
⎼⎼Siempre me decís que la lluvia sobre la
tierra es desigual.
Tanto
como la herida secular de la flor de las once.
Tanto
como el raro paisaje de miel en unos pezones núbiles, tímidos, verdes.
(Yo te pienso en medio de todos los chiriviscos:
la rosa de la memoria
golpea las paredes del aliento hasta deshacer
la hinchazón del cuerpo.)
Las
sombras, a menudo, las ando como racimos sobre mis hombros.
Por
cierto, en el troncón de la mañana,
respiran
las calles de polvo y todos los espacios callosos del miedo;
de la
gota de humedad, la pelambre tetelque de los pétalos, la nube dentro
del
guacal secreto de los ojos, los viejos chunches del aire en los altares.
Juro
que la sombra de claridad, trastorna todos los renglones de la fiebre.
Barataria,
21.X.2016
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