Imagen cogida de la red
BREVE INFINITO
Nada
tengo sino este breve infinito de imaginarios al pie de mi féretro.
(Todo el horizonte de niebla nos envuelve, el
filo de las hojas que caen
sobre el aliento, las aguas móviles de los
lagrimales,
toda la respiración deforme de las cruces.
Toda la respiración apenas llega a mueca:
mientras el pecho se acostumbra
a lo vertiginoso, el galope de fuego corona
mis sienes.
Hay tantos extravíos que uno acaba por fingir
todas las estrofas del desánimo,
los crepúsculos grises de la tormenta, los
jirones de distancias
que uno imagina en la hoja imprecisa del
infinito.
Todo el tiempo, —me
dices—, se nos escapa de los ojos. Alrededor ríen
los juguetes, la sequedad de las
gesticulaciones, el ojo del espejo allí,
en la órbita flotante de las salpicaduras.
Tanto infinito y leve el sonido de los
caracoles. Es casi inmóvil el cielo
en los hombros, las penurias en el vacío del
pestañeo.
Al borde del acantilado no sé si sumo o resto
despeñaderos o guarniciones.
Es tan breve el pan que sólo centellean los
cataclismos.
Idéntica a la sombra, la fugaz región de la
huida: hay silencio como pobreza;
a fuerza de caminar, el ardor pasa a ser
desnudez absoluta, violenta desesperación,
juego de manos destejidas.
Como de costumbre, no espero una brasa de
milagros, ni una ventana abierta,
sino esta embriaguez indistinguible del humo
conmigo o la espuma.
Ya he lavado las intemperies con cierta
vehemencia)…
Barataria,
18.X.2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario