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CADA SOMBRA
Me
gustan las sombras para guarecer el alma después de la tormenta;
después
de todo, el reloj es un vaso del tiempo,
el
que nos marca, disfrazado o no,
la
ebria cabellera de la ceniza.
Por
eso digo que en cada tren, barco, peces o zapatos,
hay
espejismos que nos alimentan.
Y
sustancias oscuras donde se desbordan los tatuajes.
Duele
el agua fuerte de las armónicas y su caricia de putas y tabaco
de
alfileres que uno soporta al ras de la cobija.
(Cada sombra es la sombra
de un destino de leznas;
ahí el acné abrupto de
las fiebres.)
La
idea es lo más próximo que tengo en este invierno
de
delectación trágica;
trágico
lo deshumanizante que hay en el corazón de la humanidad.
¿En
qué sitio puedo encontrar la autenticidad sin máculas,
la
perenne virtud del orden de las cosas?
Siempre
me alcanzan las sombras del horizonte,
la
respiración eriza de la embriaguez,
la
amenaza como un gotero oscuro,
la
falta de probidad de los cuchillos.
Nos
muerde el hastío perverso del búho en su absurda desnudez:
hay
golpes sombríos en este cuerpo negro,
y
bocas de exterminio en la miseria de los tabancos.
(Y luego vos, con tus
arengas de cactus
y diáspora al primer sol,
sin entender la esencia
del tiempo.
La luz es la más antigua
de las sombras;
resplandecer es más un
acto de fe que de aprendizaje:
el aprendizaje a menudo
se vuelve letra muerta
ante el poderío de los
balcones.
Así lo dicen las tullidas
edades de la historia.
Así morimos de nalgas y
sin ninguna cordura.)
Al
borde los cansancios del cielo de los sonambulismos,
los
lugares prohibidos para el sueño y la memoria,
los
latidos de rodillas como el bulto de la muerte.
Hacia
las celdas de la noche la alegría olvidada del alba:
entendemos
que todo va muriendo mientras vivimos;
sabemos
que el grito abre el pecho,
y
que las sombras se acrecientan en nuestro extravío.
Cuando
el mundo deshaga los falsos estupores,
habremos
ganado el único bosque posible, —esa suerte
de
vivir creciendo en la savia de las manos.
Barataria, 2012
Del libro “BLUES”, 2012 (inédito). 140 pp
© André Cruchaga
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