Pintura de Franz Kline, Pinterest
FUNDACIÓN DE LA HERIDA
Let us pause in life's
pleasures and count its many tears
while we all sup sorrow
with the poor.
there's a song that will
linger forever in our ears,
oh, hard times, come
again no more.
Bob Dylan [HARD
TIMES]
Fue
en los jardines perdidos de la conciencia,
cuando
el día sucumbió
en
lo yermo, cuando los ojos se volvieron inservibles.
¿Quién
se atreve a desnudar las ventanas,
la
serpiente de la sombra,
el
incienso abrazado a los esqueletos del miedo?
¿Quién
nos dio tanta muerte para tan poca vida,
tantos
espejos
sin
zapatos, tanto cierzo acobardado en el ombligo?
Fue
en el sueño viscoso de la ciénaga,
en
donde la desnudez cobró
su
ración de frío,
la
claridad perforada por el viento,
la
escalera del escalpelo convertida en paraguas,
ciegos
poros
de
la lámpara en la sangre del cuerpo.
¿Quién
hizo cárcavas para roer el sueño
y
colgó espinas en las palabras,
cambió
las flautas por el sonido oscuro de los grillos?
¿Quién
emigró del arco iris
después
de volver ceniza los colores,
después
de gastar las manos
en
los bolsillos del suspiro,
después
de sembrar en piedra
las
sombrilla de las mariposas,
después
de deshacer el cojín
del
horizonte y la semillas
profundas
de la sangre?
Fue
en el armario de los recuerdos,
donde
se cimbró el alfiler del sollozo,
las
horas sin llaves,
el
naufragio pleno,
envejecido
de los ojos,
la
ola aguzada en el teorema de las aguas,
vaciadas
alforjas de los párpados.
¿Quién
nos dio tanto túmulo en un follaje
de
hojas sin nombre,
el
tobillo roto sobre el muro sumergido de las estatuas?
¿Quién
puso páramos al aliento,
acequias
de pájaros moribundos
en
el río líquido de los pies,
en
el caballo mugriento de la noche?
Fue
después de la lluvia,
cuando
todavía la memoria izaba banderas,
el
pecho un agua duplicada de peces,
las
vestiduras aún con el color del buen augurio,
las
manos con luciérnagas de rocío.
Así
todo antes de la herida. Después espectros en mi cuerpo.
Una
y otra vez el hambre y la fogata,
toda
el alba sin piedras ni pañuelos,
todas
las palabras juntas
en
la colina del pecho,
en
la cercanía del arca de la semilla.
Fue
entonces cuando descendí a los infiernos,
¡ah,
este vértigo
de
pústulas y blasfemias,
este
guijarro del tatuaje en el camino!
¿Quién
me trajo doliente a esta muerte del alma,
a
este animal
lúgubre
que soy en el galope sepulcral de la sal?
¿Quién
lanzó espejos quebrados como taladros
y
después mordió
el
despojo en los calcetines,
en
la primera desnudez del hachazo,
en
la luz que era torpe, pero era?
Fue
antes y hoy. Fue en la hora nona del gozo.
Fue
justo cuando perseguía las distancias,
el
camino obediente
de
la brasa, las manos arrimadas a las alas.
Barataria,
Del libro “A MANERA DE POSDATA”,
2011 (Inédito) 130 pp
© André Cruchaga
Pintura de Franz Kline, Pinterest
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