Imagen cogida de la red
TERRITORIO POST MUERTE
El hombro
de la tentación tras del arco iris
como en el
callejón de las almas apocadas.
PERE
BESSÓ
Un ave sobre la piedra que
sostiene a los muertos: a la orilla de los días
inútiles, el fuego que patina y
socava en la noche, ¿desde cuándo
las acequias profundas, las
escaleras hacia el tapial ciego de los nombres?
—Tengo aguas grises en medio de
las enredaderas. (Todo territorio
sirve para vomitar la ceniza, la niebla anudada a las palabras),
de otro modo no anochecería en
las pupilas, ni el principio ni el fin
se desvelaran en la garganta,
en el mantel sin voz del tedio, (dejo la realidad con sus trazos
irrestañables)
las persianas colgando del espejo
de las semanas,
los crímenes que aún soporta mi
memoria.
Desovillo el estertor de las
últimas cuerdas vocales, el caballo
de almendras en la impostura y la
farsa de los velorios, la risa profunda
de la tiniebla, sagaz, ciega,
entre mis harapos, (la fábula antecede
a la historia: el violín del abrigo de los sueños)—deberé pensar en los próximos
huesos del viernes santo de lo
irremediable.
He sabido de otros sueños
cubiertos de polvo, (la misma imagen
molida
de las espigas, antes y después de la invención de mi sangre)
—¿Debo quitar los residuos de
veneno, el estorbo de las telarañas
colgado de la hojarasca, el
crepúsculo desangrado en los zapatos?
Permitidme empobrecer mis sueños
con la solemnidad necesaria, oscuro
rostro en medio de la muerte,
contemplar la tierra, atravesar
el humo del espejo, (ten piedad de mi
pesadumbre)
pues las calles limpias son irreparables. Debo sobar la
aspereza
de la madera, los pómulos del
azogue,
partir hacia el principio de la
mesa con las manos vacías, santificar
los travesaños del alma, el
oficio de arder en la eucaristía de todos los santos,
de todos los nombres del hombre (hay veredas que contemplo con avidez)
—Después de acumular olvidos,
¿qué agua bendita debe calmar mi pecho,
qué tierra debe asirme y
sepultarme,
a qué torres gemelas alcanza mi
alabanza, el agua líquida de los sentidos,
no la escarcha, ni el filo del
cáliz?
Crece el río de ceniza sobre las
tejas. El umbral se ahonda y esparce…
Barataria, 01.IV.2013
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