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cogida de pijamasurf.com
ASEDIO MORTECINO
Aquí, entre
el asedio mortecino y el ansia de ya no ser sino muerte. La oscuridad está
dispersa y cubre todos los ámbitos de mi propio destierro. No sé si después de todo pueda restituir la
memoria y los delirios que se ciernen en las sienes como peces de lirios corrosivos. En cada
esquina la sinuosidad de las imágenes y las anchas puertas de la ausencia: el
humo del poyetón me envuelve con sus grises, —¿es, por
cierto, la conciencia de la fuga o apenas el atisbo del fragor que se derrumba?
—Debo,
después de todo, preguntárselo a las lámparas.
(Siempre los días parecen puertas
desorbitadas, aposentos de incesante
Tortura.) Tal vez la fosa me dé el
resplandor que necesito.
Hay en la
crin de las olas, ciegos acantilados y viento, nombres que fueron,
innumerables
penumbras, como este desvelo incorregible.
Yo me quedo
con el ala de la fiebre y las disonancias del acorde:
(Callo mientras la muerte me
estremece con sus ansias. Calla el cuerpo.)
Pero volveré
de nuevo mordido por la sed del poema.
Barataria,
08.04.2013
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