imagen cogida del blog: macrofoted.blogspot.com
LITURGIA
A veces, liturgia la piedra, la
fosa, el caudal, la sangre pétrea;
a veces en el pecho los caballos
al galope, las crines como espumas
de un juego de cenizas
vertiginosas;
a veces los cascos desclavados
sobre el pálpito y sus chasquidos;
a veces, solo el silencio, a
veces.
A veces la defunción del arco
iris y las banderas, a veces: cabalgan los mundos
y sus miedos y la boca que escupe
las rarezas del día.
A veces hablamos de la astrología
y hurgamos en las tripas del mapamundi
y sus rarezas insepultas,
de la sola madera del cansancio y
sus cornisas,
de la panela que aguarda la sed
de las abejas sobre tantas raíces
y cuchillos, aguas derretidas por
los resortes del resuello.
A veces, llega a nuestros poros
el caudal metálico del frío, a veces,
a veces, la placenta del mundo en
los párpados,
a veces,
consumidas todas las cavidades
del relieve, el otro silencio amarillo
de los pétalos, el harapo de la
tierra convertida en sollozo. A veces pasa todo.
(Las rarezas de la garganta en el bramido del ventarrón, la brea
de la canícula
con su tos de resecos bueyes)
a veces, los dientes carcomidos
sobre el atrio descendido a hojarasca.
Pero ahora, la suerte está
echada, el escapulario me afinca en el ala del retablo,
y, —vos y yo— le sacamos al
orégano, los tantos trabajos del olfato;
lo rotundo abre las aldabas del
incienso, allí, la luz pródiga en tiempo:
la siembra solar que arde sobre
la harina de la mesa,
allí las estaciones de los
minutos y sus misterios.
(Ante cada bruma el tiempo hace su trabajo ininterrumpidamente.)
Barataria, 29.III.2013
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