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MISTICA
Mística (del l. mystica)
f.
teol. Parte de la teología que trata de la unión del hombre con la divinidad,
mediante la contemplación de Dios.
Conjunto
de doctrinas y prácticas para llegar al conocimiento intuitivo de Dios; según
las religiones, adopta distintas denominaciones: taoísmo, sufismo, etc.
lit.
Literatura en la que está expresada la experiencia mística. El amor
sobrenatural produce en los místicos una inspiración poética de gran
personalidad (metáforas, exclamaciones, paradojas, simbolis mos), que permite
al poeta comunicar de modo sensible sus experiencias.
En la
fosa —en la fosa sin
embargo los agrios días del animal de los sueños las contundencias del alfiler
en los poros el veneno del moho trasegado en el alambique yo en este mundo de
realidades retorcidas frente a la puerta de las enredaderas de la herrumbre
muerdo los calcañales de mi propio matadero me arrimo a los escalones de la
polilla ardo en los puentes colgantes de la espuma en el rayo negro de la
cloaca en el trueno de la brasa de mi arcilla ¿qué día es hoy —pienso— mientras las monedas del sudor bañan
el mar peregrino de mis dudas? ¿qué semanas de viejos costales para el albergue
donde no cabe un céntimo de mis persianas ni el poco aliento que me queda en el
atrio de las comisuras? ¿de qué tiempo hablo? —si el tiempo es una tiranía un
acordeón de girasoles disecados el fuego atravesando la rendija del tragaluz:
me golpea todo este hollín acumulado me aturde cualquier desinterés cuando debo
escapar del desdén casi como un ritual
—extenuado— le busco el absoluto a mi
espíritu a la hinchazón de los días que no me pertenecen al ardor de la santa
cena con las manos sucias mendigando una salvación diferente a esta que sucumbe
en el peltre antiedénico del deletreo (¿de qué brazos merezco asirme a la hora de
ayunar con el destino? llueve en las cuatro estaciones del reloj en cada calle
dejo mi habitación y mis zapatos la necesidad de tomar contacto con el otro animal que vive en secreto dentro
de la entraña después de los acontecimientos debo limpiar el parabrisas de mis
ojos el animal doméstico que lame mis manos —naturalmente lamento no tomarme
una taza de café con vos lavar la pluralidad de los amarillos la ropa de
presión de los pensamientos —sí es cierto me detengo en los manubrios de un
burdel a cambio de no gritar ni encallar en un sordo taburete de peluquería) siempre
tengo la sensación de ir tocando puertas sin sentido mis manos llagadas por
promontorios de hojarasca mi frente con dispositivos raros en señal de la cruz
mis horas destruidas mis recuerdos en el suburbio de una tormenta mis cálculos hechos añicos por el drama
secular de los atrios —cualesquiera puede entrar y devorarme empujarme
prodigarme luto verterme en las aristas de las cunetas llenar de danzas
macabras mi humanidad: todo es posible en este ventisquero de la historia (alguien me dijo que una ausencia propiciaba
un estado de santidad absoluta) al respecto ya no tengo nada por descubrir:
desciendo puntual en el río del tiempo (hay horizontes enanos que se pierden
entre la maleza) dónde retuerzo mi sollozo dónde pongo este tambor de
sombras los muertos que también van conmigo y golpean mi tórax despierto: ya ha
entrado el pan de la noche en mis dientes me ofrezco para museo…
Barataria, 12.IV.2013
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