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POSTAL
…había
que nutrir ese eco de vos con otras voces,
Iba
declinando en los últimos días de la semana…
JOSE
LEZAMA LIMA, PARADISO.
y aquella
imagen oscura que habla de rostros petrificados junto a la copa breve del canto
del gallo nosotros nos hemos ido gastando como monedas de pobre: cava la ropa
sucia el lenguaje de las palabras las formas breves de la claridad junto a los
huesos del mal presagio: siempre nos ha sido extraña la forma en que se nos
presenta el mundo los fines de semana que juegan a las sombras noches y noches
rescatando nombres del sueño ahora sé que es ingenuo escribir nombres en la
arcilla entro y salgo del barro del pecho arden las orillas del agua en las
pupilas ¿en qué lugar me fue negada la ternura y el cántaro de la esperanza? ¿En qué universos no hay plazos para la piel
ni agujas para inmolar la saliva? siempre están allí las obsesiones de mi
locura las piernas largas del ventarrón todo el horror de la dispersión de los
objetos sí el páramo para que fructifique el psicoanálisis la urbe del respiro
en las herraduras de la tinta quiero verte —le
digo sin más a mi sombra— ver de repente el humo de tantos mitos la historia en
el Almanaque Bristol las aguas partidas del nosotros en los días sin fondo de
un mar mutilado: alguien robó todas mis lágrimas silba la carreta de la
realidad hasta el punto de morder mis costillas aquella sintaxis que aprendí en
la transfusión del vértigo junto a un adiós sin cédula de identidad ¿y a vos no
te pasa? (ni que fueses Adán dice y
concluye estoy otra vez ante la puerta empiezo por oír los sonidos
resquebrajados en el umbral escapamos del escondite por miedo a otro miedo
nosotros en medio del bullicio de la noche maniatados a la hamaca del pálpito)
el esperma es un sótano oscuro volcánico cuarenta noches de olfato y zarpazo no
hay paraguas aquí para contener la lluvia ni éxtasis para esta lucidez que
apesta a realidad no creo en las palabras que hablan del aire sino en las que
roen las vísceras creo en la noche de mis zapatos terrestres: diría que siempre
me encuentro sobre la piedra tutelar de la noche no hay ángeles sino abejas
invadiendo mis costados y el ojo largo de los meses sin itinerario sin
memorándumes aguas al fondo arrugadas de tanto tránsito como un anaquel harto
de polilla —y para colmo el perro ladra debajo de la mesa palabra tras palabra
preguntando por mis anteojos (escribir es
un placer pero también un sufrimiento) empiezo por creer en todas estas
cosas serias sudo cada palabra que crispan mis poros abro las persianas y le
doy un vistazo al horizonte nadie me obligó a escribir todos los días de la
semana aunque a ratos me aflige la ley de la oferta y la demanda el
desequilibrio en que van quedando mis bolsillos la publicidad con la que no
cuento salvo que vomite luciérnagas o vierta mis sustancias poéticas en un
pubis aún áureo nunca he sido un perdedor pero tampoco alabado al punto de levitar
en el aliento diamantino de Dios los
consagrados que sigan así yo pese a todo
trabajo para despertar en adelante caminaré siempre de manera inadvertida harto
de levaduras caminaré a la par de Job…
Barataria, 10.III.2013
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