Foto de UnMind The Gap, cogida del Fb de Hedes Andrea
EXTASIS DEL FRÍO
Llegado a
este punto el deliro crece como un girasol antes de morir ¿saldré invicto de
esta vastedad de sombras pañuelos y niebla? el puñal del frío rompe los
caracoles amarillos de los blancos cada refugio tiene sus horas de frío imposible
no ver la mensajería inalámbrica de la muchedumbre imposible el camino del
pubis sin afeites: el cuerpo lo presiente todo allí la sombra cárdena de la
prosodia los difuntos paisajes de las fotografías —para seguir debo entender las tonalidades de la boca el sentido de
la historia sin astrolabios los buscadores de bolsillos o simplemente morir en
el lirismo de una noche maltrecha y amarga (aquí
no vale el acertijo ni las convulsiones fatuas) en el balcón del desvarío
el cuerpo de la ropa con fiebre henchida la fuga y abierta la puerta
desencadenada la lengua sin la mesura de las buenas costumbres ¿quién ha dicho que en una azotea no se
pueden cultivar gladiolas? (la desnudez
me hará libre de cualquier disfraz la trinchera de los verbos presentes el
entusiasmo por encontrar un puerto así el prostíbulo más caótico así deba rezar
el juego del tiempo iluso de los candelabros el noveno círculo de la mayéutica
es justo el frío tras el cristal de nuestra propia sombra) —algunas veces me sacuden mis propias ruinas —ciertas manías de locura imperdonable— la
piedad ¿quién piensa en la piedad ciertamente hoy en día? trato de
rehabilitarme en la fantasía de los ángeles trato de quitarle calorías a los
fines de semana y eructar todas las astillas de la semana por supuesto me he
aficionado a mis miserias qué mejor garantía de estar vivo qué inagotable el
desvelo hermético de la hojarasca el poro que se atraganta en mi memoria el
éxtasis de la raíz infinita del semen (cada ahora tiene sus propias semillas
alguien me lo dijo al respirar junto a la piladera insoslayable del tiempo) —yo
por si acaso dejo que las aguas del invierno suban hasta las ingles —llueve
claro espejos de luciérnagas— ¿alguien vendrá a lamer los ecos de mi
materia la húmeda brasa arrodillada en
el cipresal del deseo? me inclino en la
arcilla de mi propia catacumba necesito infusión en mis costillas suelta sus
imaginarios el cordel de la saliva hace frío cuesta abajo del burdel en la
fábula del imaginario hace frío después de las Cruzadas con tanta sangre
derramada: ciego ya de cabalgar en las inclemencias en la ventana que apunta
hacia el misterio también llueve: todo es lingüísticamente extraño ¿tiene el
arco iris sus propios orgasmos? temo
morir sin saber la respuesta sabiendo que el frío tiene algo de anarquista
saber que el frío no padece de anacronías —solos vos y yo quizá conectados
únicamente por los designios del grito por los apremios del doble sueño pero
jamás el mismo arroyo (cada quien sabe que la ternura se pierde en
la monotonía de las grietas) cada quien lo sabe…
Barataria, 08.IV.2013
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