Imagen tomada del FB de Georgeta Tudora
CONOCIMIENTO DE LA ESPERA
pasados los
días tengo el exacto conocimiento de lo
que fue el fuego de la vela que me consume a pausas que arde visible en el
pensamiento aquellos voraces límites que impusieron los barcos a mis ojos sin
que nadie creyera en las espinas de las olas en los días postreros aquí la cruz
de ojales del pálpito y esa muerte que vuelve al pensamiento en eco putrefacto
siempre tuve conciencia de la sombra vívida y del beso gimiendo sobre el labio
de la piedra del absoluto la noche continuó llegando la sed siguió las aguas
del devenir giratorio de la carne: a veces fue invisible el cuerpo demorado de
la luz la lucidez hecha del rayo la madera soñolienta de los peces en los
dolientes años de la espera casi a punto
de zarpar en el vilano más próximo pero siempre aquí la sal vertida del ojo de
la duda hacia todo el cuerpo ¿alguien me puede explicar la materia del granito?
¿alguien puede callar y ser dentro de límites imposibles a la hora en que la
noche consume la carne del alba y las manos
que se abren frente a la bruma? ya en
los poros crece la maleza hay aguas hondas en el suspiro y bosques de lianas
oscuras: crece la luz de lo oscuro lo oscuro del día se hace evidente en cada
guacal que contiene los segundos —como
[vos] yo todos los días en la suma de las colillas la ceniza del mundo en la
pared de las palabras el verano o el invierno la misma y distinta voz de las
semillas la ceniza crispada en el aliento y ese no estar nunca debajo del azúcar
de la sábana respirando la dulce hiel de los ijares el encaje de la juventud
del viento que denuncia cuando el viento empuja
los mástiles del campanario no sé si existe la luz en ese instante de la
nieve donde habita el olvido con todas sus ramas de sombras y abismo y si uno
seca la boca en el despojo de la ceniza fundida de la añoranza sé que aunque la
muerte se disfrace sólo es cuestión de tiempo para que amortaje la espera y
todo lo que ella tiene de encalada caricia sí es una vastedad estar en esta
orilla: nacen pensamientos y mueren se corrompe lo visible en extravíos: sabor
y levedad: tus manos desnudas en el juego del delirio y la fotografía de
bolsillo casi deshecha en el taburete bajo el paraguas consumido de la tierra
mientras el fuego crea su porción de ceniza sigo aquí aferrado al espejo de la
imagen del sonido aunque se hielen mis zapatos y el aliento de pronto rompa la
camisa desmontable de los peces sigo porque seguir es otra forma de perseverar
en la escalera posible de la alquimia: ya esperé jugando pese a la voracidad de
los cuervos ahora solo me falta calcar aquel instante del viento donde el
murmullo se oye inagotable así voy hacia el fondo desnudo y ciego de caminar…
Barataria,
26.XII.2012
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