Imagen tomada de acatos.es
NINGUNA ETERNIDAD
Pero yo soy como un mago de teatro, él da la
ilusión
que tiene la apariencia de la verdad.
Yo doy la verdad con el agradable disfraz de la
ilusión.
T. WILLIAMS
Aquí ni siquiera el frío se junta
con la nostalgia, ni hay asilo
para el alma: todo lo devora o
disfraza la mensajería efímera
de las luciérnagas, la postal de
ceniza, o la simple vigilia que asciende
como una condena;
—diremos que las estaciones son
campanas efímeras,
hilos de irrevocables ecos y
laberintos.
En realidad, nada sostiene cada
uno de los juegos de la inocencia.
En los costados hay piedras de
tiempos sangrantes.
A más días, sólo atraviesa el
olvido como ave de mal agüero,
como todo lo que sabe a
remordimiento, la escarcha en la boca,
o aquel desierto a dentelladas
entre los dientes.
¿Quién nos juntó para hacernos
vulnerables cada día frente al espejo?
¿Quién nos arrojó a esta crueldad
maldita del páramo?
Quienquiera es devorado por la
fuerza de la sal.
El miedo nos obliga a vivir entre
la polilla del tabanco.
Cada uno atraviesa estaciones de trenes arrastrando veranos y
puñales.
Debajo del paraguas, la trampa de
los relámpagos.
Las mismas tijeras habitadas de
las sastrerías, la tinta en el patíbulo.
Barataria, 12.XII.2012
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