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OSCURO RÍO
Niego cualquier claridad que haya
existido en mi rostro.
Abro la compuerta para que
también salgan las piedras:
de tantas aguas degolladas que se
libren los dientes y las sábanas,
el poema después de todo, recoge
los espejos quebrados:
ante cada sobresalto los
presagios de la tempestad…
Barataria, 11.XII.2012
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