Imagen tomada de la red
DEATH OR
THE CURSE OF LOVE
Me conduce así lejos de la mirada de Dios, jadeante y rendido de
fatiga, en medio de las llanuras del Hastío, profundas y desiertas, y lanza a
mis ojos llenos de confusión ¡vestidos manchados, heridas abiertas y el parto sangriento
de la Destrucción!
CHARLES BAUDELAIRE
(¿Por qué, después,
lo que queda de mí
es sólo un anegarse entre las cenizas
sin un adiós, sin nada más que el gesto
de liberar las manos?)
lo que queda de mí
es sólo un anegarse entre las cenizas
sin un adiós, sin nada más que el gesto
de liberar las manos?)
JULIO CORTÁZAR
desacralizo
ante el ojo la sangre innumerable del
azúcar: es una maldición la fruta del telar de la suspicacia frente a los
húmedos sofocos de las locomotoras sólo hay días invisibles y cóncavos he
dejado de vivir he dejado de existir si puedo decirlo de otra manera esto es un
juego de abstracciones el amor siempre una suerte de epitafios lo más agreste
de las caricaturas el no existir en el estira y encoge de los nudos del agua
nunca se aprende la lección en una sola página en blanco siempre está presente
la metáfora oblicua los estrechos de la trastienda de la excentricidad y hasta
las vetas relativas del espejo es una maldición no vivir a plena luz del día
es una maldición este juego de palabras apretando las entrelíneas del aliento
es una maldición subrayar cualquier arbitrariedad no contar con la propia voz
vaciar la última tinta que quedaba y siempre llegar a las esferas de la
neutralidad en el caso de los brazos de esa arremolinada trama de las
negaciones y hasta la piedra hace grietas fúnebres y aunque gira y cede a ratos
en su desnivel la señal del suicidio las locas aguas del corazón que nunca
aprendieron a nadar seguras en la concentricidad de las horas —duelen ya los ojos y el aliento los resúmenes metafísicos de la
saliva cierta hipnosis trastocando la realidad: hasta los sueños se han vuelto
malditos en medio de alfileres entre palabras sin destinario a fin de cuentas (nada tiene de promisorio el ombligo cuando
se ha roto el gozne del telar todo es incierto cuando se clausura la avidez
cuando elocuencia y paladar pierden su ternura: al filo de las fauces de la
brasa todo queda como un cráter de fallidas aguas ahora lo sé: voy a
deshabitarme de esta tristeza sin esperar milagros tomaré antibióticos y
espátulas el río sin cauce deja de ser río aquella mesa carece de mantel y
ebanistas) ¿a cuántos años luz las aspas del espejo me devoran? ¿cuántas
veces el trasluz del paisaje de la dulzura desconocida el galope de las culpas
y esta acumulación de relojes sin sentido? Llevamos días atravesando calles y
ciudades perdidos en el hallazgo con diálogos de oscura beligerancia con
palabras que nos remiten al tropiezo sé
que dos bocas requieren de fiesta y aprendizaje pero nosotros a menudo
desarticulamos la escritura y encendemos los silencios: es una maldición este
muro sin brújula siempre un pie adentro y el otro afuera sin puntos intermedios
sólo equivocaciones objeto de las sombras ante la enajenación de las palabras
el mimetismo amarra los sentidos se deja de ser y uno se torna destrucción
permanente hoy quizás es tiempo de descifrar los jeroglíficos de esas persianas
de grafito y unir todos los fragmentos del discurso tanto vacío vuelve errático
el territorio del aliento sólo lo inminente deja de ser una maldición ahora
puedo afirmarlo cuando la alegría precede a la tristeza inexorablemente cuando
el poema recoge la cotidianeidad de los cementerios cuando lo que creíamos
firme era solo la versión de lo efímero en los días venideros desprenderé las
mortajas de mis pupilas…
Barataria,
21.XI.2012
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