Imagen
tomada de Cotilleoblog
TAZA DE CAFÉ
bajo tu
pecho bebo el café de las ansias que desprende la carpintería de tus dos
linternas: el próximo cielo está entre la sombra del ladrido del deletreo de los dedos en la esquina
alargada de la lengua diría en la ecuación del tren de los sentidos entre la
trementina que arde en los rieles del aposento hasta los dilemas del viento en
el escalofrío sexual de los caballos juntándose los cuerpos en el grito del paisaje
en cada leche los olvidos desmedidos en el oficio de morder de abajo hacia
arriba las raíces de la fotografía atesorada
de Dafne en el disparo conyugal de los ,paraguas con razón el cántaro en
la boca goza de buena salud la cerámica lícita del paisaje ante el azor del
preludio (alhelíes lirios siemprevivas
hágase la luz el reino de los crisantemos las orquídeas la piel fluida en el magnetismo de mis
vértigos también el aire sobre la mesa del calendario) así como en la paila
caben los sentidos los signos de la desnudez me vuelven sin palabras
así se instala la irrealidad de la página del oleaje los extremos
del café negro y el desafío del azúcar
para sostener las puertas de la caligrafía a manos llenas la fundación del
poema la capacidad del aliento en el vagón de la flama líquida del esperma
consagrado en la ingles del paraguas parlante del ojo en el ámbito de la
cuchara el latido desprendido de la sintaxis abajo la traducción del graffiti
de la saliva posesa de locura de los pronombres domésticos del cuerpo entre un
sorbo y otro la forma de ser del desorden de las aguas requebrada en el buen
provecho de la ventura (en otro tiempo
“Era beber sólo la sed en el vaso que contiene el mar de la orgullosa ebriedad
que arrastran y la creen en pie triunfal…las babosas gimen y se restriegan unas
contra otras; tú la palabra que cae de mi boca los alces que galopan
enloquecidos hacia la pradera leída en el margen donde recobro la mujer robada
aquella de que Dios nos castró ayer en el origen”) ¿quién romperá ahora el paladar de la sierpe
enroscada en el carruaje de los poros? ¿quién
dejará de beber los párrafos líquidos de la carne los paréntesis lubricados de
las letras en el firmamento del ojo que refracta la lectura? abajo del cielorraso la feria de los pájaros
y ese rastro benéfico del café en el cuerpo aterido: lo demás es sólo la feliz
construcción de las manos en el ir y venir de la metamorfosis del poema: la
gota con su propia fonética que resbala hasta tocar el fondo del petate quizás
la misma demencia de hoy o mañana las persianas transitorias de los pezones y
la apostilla en cada aureola del bien decir innumerable de la embriaguez así
fija en mis ojos la taza de café y su oficio: disfruto la saliva desprendida de
cada encaje del azúcar
Barataria,
18.XII.2012
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