"Modesty" by Antonio Corradini (Italian, 1688–1752)
RAPTO
La
agonía amarilla de la centella, la flema en las ventanas,
el
rictus de la historia desangrándose:
en
cada armario los dientes devastados,
la
misma historia de polvo en los periódicos,
vos
en medio de la rutina de la violencia,
hasta
sangrar las aguas de la piel,
los
desechos tóxicos en cuartos oscuros;
cada
pájaro es un trípode sobre la roca,
ramas
amontonadas en el humo del tabaco,
vísceras
en blanco y negro
del
cuaderno hecho con frazadas de cuero curtido.
El
fuego abre sus válvulas para diseminar
las
cortinas de la viga que sostiene los retratos.
Maúlla
el metabolismo del universo;
gime
la pared derruida de la memoria,
los
fuegos decretados por el torrente inaudible del sofoco,
el
aliento al borde de la extenuación.
Al
cabo, el crimen nos ha vuelto cómodos:
fornicamos
a la par de los cadáveres;
sobre
la breña,
el
desvarío de los itinerarios,
detrás
de la historia, la mesa está servida:
gana
el malhechor y la complicidad,
el
que lame rostros y pañuelos pálidos.
Así
es de macabra esta pérdida a la inocencia:
cruje
de miedo el nosotros,
los
espejos derrumbados del lenguaje, y hasta la fragancia
que
nos viene en los canastos del viento.
(Sabes que hemos aprendido
mucho de este descalabro:
ante la calle del luto, la herida sin
curar y sus fatigas;
en cada acera o puerta, nunca nos ha
faltado el sigilo,
los ecos de las alambradas,
los Salmos rojos de lo onírico,
la infinita fe para deshacer
cualquier entuerto.
Cada vez que suenan los tambores de
la pólvora,
salen tus brazos a recibirme;
respiramos a sabiendas que podemos
morir
en el instante del vértigo,
o terminar en el ápice putrefacto de
los zopilotes.
Vos y yo lo sabemos.
Nos embozamos como caracoles debajo
de las piedras,
exhaustos tras el látigo de la historia.
Un día contaremos todo en un museo de
sueños,
puestas en vitrinas nuestras
congojas:
los días grises salpicados de platos
siniestros,
enjambres de heridas a profundidad.)
Aún
no sé si salvaremos las begonias del traspatio
de
la conciencia;
no
sé si habrá algún bolero para los momentos de ocio,
o
simplemente nos conformaremos
a
consumir analgésicos de por vida.
Lo
cierto es que, ante lo humano,
seguro
que el vacío nos morderá hasta la médula;
así
dejaremos de pensar en cosas inútiles
como
este desvelo que produce el rapto,
la
sombra interminable de la fiebre.
Lo
único cierto (en esta pantalla de
crematorios)
es
este desdén extasiado del vértigo en los huesos:
nadie
escapa a estos doscientos años de suplicio.
Nadie
sale ileso después de pasear
por
este paisaje carcomido por la herrumbre.
Al
final, debemos conformarnos:
esta
es la aspirina que sosiega;
cualquier
otra conducta es motivo de conspiración:
así
está escrito
en
los Manuales del Servicio de Inteligencia del Estado.
(Por si esto pasa,
habremos de cavar en el asfalto hasta
construir
a plenitud el diario de nuestros
orgasmos fenecidos.)
Barataria, 2011
Del libro “TRASPATIO”, 2011
(inédito). 119 pp
© André Cruchaga
"Modesty" by Antonio
Corradini (Italian, 1688–1752)
No hay comentarios:
Publicar un comentario