viernes, 9 de febrero de 2018

RAPTO

"Modesty" by Antonio Corradini (Italian, 1688–1752)







RAPTO




La agonía amarilla de la centella, la flema en las ventanas,
el rictus de la historia desangrándose:
en cada armario los dientes devastados,
la misma historia de polvo en los periódicos,
vos en medio de la rutina de la violencia,
hasta sangrar las aguas de la piel,
los desechos tóxicos en cuartos oscuros;
cada  pájaro es un trípode sobre la roca,
ramas amontonadas en el humo del tabaco,
vísceras en blanco y negro
del cuaderno hecho con frazadas de cuero curtido. 

El fuego abre sus válvulas para diseminar
las cortinas de la viga que sostiene los retratos.

Maúlla el metabolismo del universo;
gime la pared derruida de la memoria,
los fuegos decretados  por el torrente inaudible del sofoco,
el aliento al borde de la extenuación. 

Al cabo, el crimen nos ha vuelto cómodos:
fornicamos a la par de los cadáveres;
sobre la breña,
el desvarío de los itinerarios,
detrás de la historia, la mesa está servida:
gana el malhechor y la complicidad, 
el que lame rostros y pañuelos pálidos.

Así es de macabra esta pérdida a la inocencia:
cruje de miedo el nosotros,
los espejos derrumbados del lenguaje, y hasta la fragancia
que nos viene en los canastos del viento.

 (Sabes que hemos aprendido mucho de este descalabro:
ante la calle del luto, la herida sin curar y sus fatigas;
en cada acera o puerta, nunca nos ha faltado el sigilo,
los ecos de las alambradas,
los Salmos rojos de lo onírico,
la infinita fe para deshacer cualquier entuerto.
Cada vez que suenan los tambores de la pólvora,
salen tus brazos a recibirme;
respiramos a sabiendas que podemos morir
en el instante del vértigo,
o terminar en el ápice putrefacto de los zopilotes. 
Vos y yo lo sabemos.
Nos embozamos como caracoles debajo de las piedras,
exhaustos tras el látigo de la historia.
Un día contaremos todo en un museo de sueños,
puestas en vitrinas nuestras congojas:
los días grises salpicados de platos siniestros,
enjambres de heridas a profundidad.)

Aún no sé si salvaremos las begonias del traspatio
de la conciencia;
no sé si habrá algún bolero para los momentos de ocio,
o simplemente nos conformaremos
a consumir analgésicos de por vida.

Lo cierto es que, ante lo humano,
seguro que el vacío nos morderá hasta la médula;
así dejaremos de pensar en cosas inútiles
como este desvelo que produce el rapto,
la sombra interminable de la fiebre. 
Lo único cierto (en esta pantalla de crematorios)
es este desdén extasiado del vértigo en los huesos:
nadie escapa a estos doscientos años de suplicio.

Nadie sale ileso después de pasear
por este paisaje carcomido por la herrumbre.

Al final, debemos conformarnos:
esta es la aspirina que sosiega;
cualquier otra conducta es motivo de conspiración:
así está escrito
en los Manuales del Servicio de Inteligencia del Estado.

(Por si esto pasa,
habremos de cavar en el asfalto hasta construir
a plenitud el diario de nuestros orgasmos fenecidos.)


Barataria, 2011
Del libro “TRASPATIO”, 2011 (inédito). 119 pp
© André Cruchaga
"Modesty" by Antonio Corradini (Italian, 1688–1752)


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