Imagen cogida del FB de Georgeta Tudora
RETRATO
ADJUNTO
(Comienza mi
mundo alrededor de las pupilas, entre cuerpos y estupores ahogados: ¿todavía
perviven las vasijas de amaranto? ¿Hacen eclosión las aldabas en el aliento, el
escombro de la neblina en la vitrina del anticuario? En el doble del retrato,
el quejido del viento en las semillas: la sombra del tiempo y la imposible
volubilidad del horizonte; fríos, los rostros inventados, la nicotina como un
bosque de enigmas, cada ave muere en las propias urgencias de su vuelo. En la
maleza, por desgracia, hay roedores y no hadas que renuevan la almohada. En la
infamia del luto, toda la forma vencida de los retratos, todas las aguas
descendidas del reloj.)
Cuando pasa la tormenta siempre seco mis
zapatos con el tallo
de la historia. —El paraguas del instante
abre sus brazos rotos, la luz
profusa que aún queda en la destrucción de la
piedra del destello.
El sueño resulta ser un fantasma con
hirientes y voraces colmillos:
Arde, en desorden, el pubis en mis manos, la
mirada que nace al fondo
de la yema de los dedos de la noche,
los cabelllos insistentes del aserrín:
todo el relámpago entra en la campana del
césped. Todo el afán ciego
de los ascensores,
el respiro doliente en las palabras del
extravío.
Donde el dintel alumbra, la porción capturada
de las sombras.
Es ahogo, también, la fábula del risco al
borde del pálpito de la moldura.
Barataria, 16.II.2013
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