Imagen cogida de la red
BARBECHO
I searched for a foreign land, for years
and years I roamed
I gazed a gazeless stare, we walked a
million hills
I must have died alone, a long long time
ago…
NIRVANA
(A mereced de la piedra de toque
del incendio que consume el pecho, el ciervo ungido en la penumbra del frío de
madrugada de las ergástulas: veo la pira en el nudo del aliento y los vaivenes
húmedos del espejismo, el altorrelieve donde declinan mis sienes y el sostén
con sus dos hemisferios suspendidos. Gira el siamés del arcano de la herida al
encuentro del ave con las secuelas del trasiego. En la frente la
bifocalidad de la quimera, las hélices comprimidas de las poleas: en las dos
porciones de tierra para el barbecho, a piejuntillas, la hamaca del ahogo,
siempre la sed que bebe cualquier espejismo. Así, entre las manos, el imaginado cierzo.)
En las
legiones sin frontera del agua, fulminamos el estrépito.
¿Es
hechicería, acaso, el acordeón del pétalo sobre las cárcavas de la rosa,
o es sólo
una fluctuación de artificios,
donde el
aderezo avanza hacia un estado de delirio?
—Veo caer la
voz en el redondo cónclave de los peldaños del azúcar:
¿hay fábula
en el treno?
Barcos existen cuyas sombras chocan contra los arrecifes. Bocas hay con candiles
invisibles:
profusos estertores habitan el pecho, terrones de minutos
que uno
quisiera embalsamar para los días postreros.
Para el
énfasis del surco, no existe luz lógica, sino audaces escribas que hacen
de la tinta
derramada, su propio pupilaje:
y, así, se
perenniza el instante, el doble balbuceo que besa la armadura.
Barataria,
14.II.2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario