Foto de A Lifetime Photography, cogida del FB de Hedes Andrea
RESPIRACIÓN
¿Acaso cabe en los neumáticos
vacíos del universo la longitud de la voz
que gira en la sombra a ras del
suelo? —En pedazos inasibles la batalla,
y las encías rotas del
calendario.
En el tropel de las estatuas, el
discurso del método.
Tiembla el ojo en la sombra que
lo ahoga, innecesario que enmudezca
el tiempo cuando ya han sucedido
todas las convulsiones del extraño
movimiento de los pedales.
Desde los pies la ceniza celebra
el sobresalto.
Entre lo que se fuga los párpados
caídos de la ceniza, las gotas
del sonambulismo en la piel, los
fríos oscuros de la respiración crispada.
Por la vía del disfraz, el último
ardor y el cementerio de las alas:
los andenes acorazados por el
pulso, las aguas hasta el cuello
del estremecimiento. En la estación
de la lejanía, los párpados como puertas
derruidas, allí, los movimientos
sumergidos de las uñas, los nombres
abandonados en la tormenta.
En cada movimiento de campanas,
la lengua nocturna de los muertos,
y la ansiedad, vista desde el
musgo de su propio oleaje.
—Supongo que ya no hay razón para
el fuego sostenido en las manos,
cuando todo alrededor es arrasado
por la ebriedad invasora del túnel
que crece en la somnolencia de lo
implacable.
Sobre los andenes del picotazo,
el tren moribundo de la garganta.
Barataria, 16.II.2013
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