miércoles, 27 de febrero de 2013

MAR DISUELTO

Imagen cogida de la red




MAR DISUELTO




Como un céntimo de aguas interrumpidas, la sal del mar
sobre las piedras; me sorprende el trabajo de las olas, la pólvora
de la espuma con sus paraguas líquidos,
y ese trasiego de tiempo de las gaviotas
mientras vuelan.
En mi carne se agitan los peces del aliento del mar disuelto en el ombligo.
En mi casa me ejercito. Sólo soy aprendiz del granito, en medio
del goteo de la tinta,
el tiempo que acecha mis diminutos zapatos; a veces, ni yo me veo
cuando persigo las luciérnagas o pienso en alguna estación ferroviaria,
la de mi niñez ya fenecida. Uno, enredado entre tantas aguas,
aprende que el silencio también está hecho de semillas:
así vemos venir y partir el poema en nuestro propio pellejo.
A veces la existencia es invisible en la floración del polen;
con todo, la sed de la epidermis bebe en el cántaro
la desnudez de los zapatos,
los cuatro puntos cardinales de la madrugada, el semen del bosque
en trocitos de sonrisa.
Del verde del viaje de las aguas, le damos al destino su horizonte de hoguera,
—Sí, he aprendido que la palabra es también horizonte; y aunque el duro
trajín de las estrofas nos provea naufragios,
las aguas siguen allí, en el cántaro del colibrí ensimismado.
En el columpio de las aguas, el paisaje y el viaje, los kilómetros
de pálpito en la tinta, el azúcar del mar sobre el cuaderno.
No sé si es noche o día, juega el viento porque existe, —en el litoral,
el hilillo del destello, el remanso del poema que suma
los trenes y horas en la hamaca del columpio…

Barataria,  14.II.2013



No hay comentarios: