Imagen tomada de iyjl.org
CAMINANTES SOMOS
Inmensas
orgías cósmicas en que yacía con mis amantes metafísicos de sexos infinitos
sobre ciudades devastadas y hundidas en el fondo de mares de algas y mercurio y
galeones saqueados.
MARCELO
FOX
(Caminantes somos en esta latitud de atardeceres: llega la
noche y nos cimbra su lengua oscura, la lluvia ciega de los portales lentos del
aliento y la niebla tendida sobre las verjas de los párpados. En este ir y
venir se nos pierden los sonidos de las palabras, caducan los caballos y las
nodrizas, ahoga el oficio de la orfandad; cuando ya nadie quede, sabremos que
galopar sólo era un juego de violentos fantasmas.)
Llueve, sin
duda, sobre estas calles negras de hollín, sobre la carpintería
de las
pupilas, en el gesto y el claustro de las sábanas;
llueve en
los corredores y pasadizos del umbral de las alacenas.
En el ijar
de los sueños, resuellan los contrafuertes de las espinas,
y esta
sombra inaplazable de los días que caen como ciegos buitres de polvo.
—¿En dónde
juegan los peces del pecho,
y las
esferas y los anillos y la danza solemne de los puertos,
el charco
que teje la tarde como un dardo sinuoso?
—Siempre
discurrimos en la carroña del cerrojo, en el pedrusco del páramo.
En los
cartuchos de dinamita de las palabras perdemos la garganta:
entre la
multitud, somos necesariamente, aprendices de sótanos,
y purgantes con tenazas indigentes, plenos en
el breñal de la obsesión.
Quizás,
entre tanta salpicadura, nos sobrevivan las noticias
de los
periódicos, y el vómito de las calles y el yute de las disonancias.
Tal vez, en
el badajo, sólo el semen del griterío…
Barataria,
febrero de 2013
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