Imagen cogida de la red
REPETICIÓN
DE TRAVESÍAS
¿Quién es uno y no lo es al mismo tiempo? Ahora, a quemarropa, las dóciles semanas
junto a tantos merodeadores: se sobrellevan abundancias
de nostalgias y caminos de pulsantes manos.
Quiero caminar solamente cuando ya se haya extinguido el
murmullo.
Se repite el mismo parpadeo de metales, el mismo bocado
violento
de la sobremesa, las mismas disidencias en señal abierta.
Uno juega al hollín arrugado del tabanco y a las travesías
que ha recorrido
el viento y a las tantas bocas inextinguibles de las
tormentas.
Ahora vuelvo a deambular en el mismo territorio donde la
muerte es diluvio;
no existen los contrapesos excepto las palabras desvanecidas
del instante.
Antes ya había esbozado esta historia: fingir en el
anonimato sin abrir
por un instante la boca, esperar quizá la intervención
divina.
Lo único cierto es deshacer el remolino del aliento y entre
líneas morder
los hiatos y las diéresis, golpear el desuso de los
aprendizajes.
No cuesta mucho entender la rotación alucinante de los
círculos.
En la memoria es la misma casa del recuerdo: las mismas
noches y días.
Todo lo que se repite no son pájaros, ni puertas, ni
ventanas.
Desde siempre es suficiente el frío y su equipaje sombrío:
atraviesa la voz,
soledades infinitas, al punto de volver a incendiar el
calendario.
⎼⎼Vos, podés entenderlo, porque seguís buscando trenes y
puertos y muelles
aun en la deshora de los litorales rotos de la intemperie.
Otros lo hacen desintegrándose en su fuego interior hasta
cruzar el umbral.
Barataria, 18.IX.2016
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