Imagen cogida de la red
ARDIMIENTO
DE SED
Junto al candado roto de sed de los
armarios, el guijarro de fuego del instinto con su avidez de campo abierto.
Nunca reposa el sosiego en la lámpara de los amantes. Una gota de agua muerde
los husos horarios, el ardiente sentido de lo torrencial, deseo solo de abrir
ventanas. (El ardimiento sabe cuan fugaz
es la sed, o cuan náufrago se es en la posesión de la ceniza.)
En los infiernos desesperados de la
boca, uno tranza con el ardor. Todo es cuestión de quitarle lo inflamable a las
afonías.
Barataria, 05.IX.2016
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