miércoles, 20 de septiembre de 2017

DENTELLADA DE ESPEJOS

Imagen cogida de Pinterest.





DENTELLADA DE ESPEJOS





En cada uno de los emporios las palabras de trapo con su historia muerta: muerde la paciencia igual que los huesos de la muerte el humus y su forma de tile ciertos nombres en habitaciones de vértigo ciertos párpados de aliento moribundo oscuros fuegos de grietas húmedas por donde se ahogan los espejos y despiertan adustas armaduras en los pulmones el engendro de ciertas concavidades con sus astillas de viscoso limo: nunca pude entender aquel calendario avieso de las lisonjas ni las meditaciones a ultranza del alfabeto ni las lecciones lacerantes de los alfileres con su bestialidad de puerta solapada a ratos es sólo el reloj que muerde los ijares a ratos es sólo el reloj que juega con su forma desnuda y sus extremos engendros de pústula al borde de los picotazos los cuchillos mortuorios de la historia y sus indagaciones de bajo mundo debajo de la cobija de la noche me harta la oquedad de los fantasmas y su azucarada retórica y su saliva de vampiro si alguien me pregunta por mis harapos: la noche es mi cementerio de primera clase donde vacío el espectro de los muertos con su menguado barro de antípoda (uno quiere despertar siempre pero no con la luz a cuestas no desde el dolor sino del júbilo delante del cierzo y que quede atrás la ceniza y que la hoja ciega del árbol caiga en otro sitio quizás junto a las tumbas empequeñecidas quizás como los días del calendario en los zapatos) nunca me ha sido extraña la sevicia: ante su proximidad siempre guardé silencio y preferí mostrar mis claveles de cierzo cae la tarde y duele la luz desvelada (hay una leve palidez en la calle una mesa vacía donde escribo mis poemas de bruma y ocaso mis poemas tan solo de caminos ciegos) callo mientras abro la estantería de mi tórax en los alrededores una mínima luz irrestañable los sonidos densos apretados de las distintas formas de la herida: a veces sólo espero que se enfríe el rumor de las sombras y las máscaras y mis agujeros que ha ido dejando el exilio: en el viaje del suspiro va quedando la hondonada del peñasco y aquella posta ligada a candelabros y a utensilios inasibles…   
Barataria, 2017

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