Pintura de François Barraud (Pinterest)
INCESANTE PERPLEJIDAD
Casi como reliquia
una ventana destentada en los incendios de la memoria una ventana frente al
horizonte mientras deshago mis arcabuces una ventana el ave enclaustrada en su
sombra una ventana entre los dientes de la noche una ventana de tipografías
orgásmicas y sumas de urgente escritura una ventana de gritos y alucinadas
salivas una ventana en las hendiduras hechas por el deseo una ventana con sed
de ojos para ofrendarla al animal decapitado de mis alhelíes de fuego o a la
danza de la lluvia mientras recrudece la perversidad una ventana de artificios
donde la niebla grita su opacidad beligerante o el señuelo natural del vértigo una
ventana de domingos donde se disimulen mis huesos y el pañuelo de tristeza no
se convierta en trapecio una ventana que no se acabe en la noche y que corteje
la luminosidad de los ijares una ventana que respire confiada en las
precipitaciones del sexo o en ese oficio descomunal de morir en medio de la
nube roja de tu pelvis (y olvidemos la
razón que no sirve para mucho no cuando ensalivamos la alondra del poema) una
ventana de agua clara para lavar y bendecir tus pechos humedecer el aleteo
alargado del suicidio en pleno estío una ventana abierta entre tus piernas y
las mías como alguien que busca el tiempo en medio de la oscuridad como un
desadaptado simplemente de las simetrías como buscando la calle de donde
emergen los sonidos apretados de la marcha y la impaciencia una ventana para
sumergir calles cárceles intemperies esta geografía de la cual nos despedimos
diariamente sin testamento ni testaferros salvo el poema que ojea entre
nosotros tal un rostro en la posta una ventana de rincones absolutos donde no
haya refugio para la impunidad ni se exhalen más miedos al abrir la boca —en
realidad lanzados al sueño no hacemos patria ni historia ni desandamos las
viejas manías de poseer el cuerpo sin arder en realidad danzamos entre tantos
recovecos que cualquier superlativo se vuelve engorroso yo prefiero una lupa
invisible para ver lo calcáreo de las banderas el caballo deglutido de lo
pétreo sobre los automatismos del espíritu sólo mi inocencia es capaz de
gozarse con los héroes y los mártires con toda la frialdad pastosa de lo
obtuso…
Barataria, 2017
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