INVIERNO
El invierno también es una
enredadera de sombras. Un caballo
endemoniado. Hinca el sol sus
propios incendios. Vibran las cuerdas
disparadas, ronco el esparadrapo
de las tejas.
—Un puñado de pájaros lame el
último estertor de las banderas del cielo.
¿En qué alacena guardo mis
palabras de paria?
¿Qué palabras me desatan del
yugo, de la trampa, de los anillos
de aceite del agujero?
(Debato entre excomulgar o no la hipnosis de la gravitación, esta
hilada
esperanza de lo cristiano, los diversos rostros embozados del
subconsciente.)
Nunca ha sido fácil tener ojos
para tanto mundo…
Barataria, 01.X.2013
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