Salt Lake City-Imagen de André Cruchaga
ESTACIÓN
¿Quién dijo que las estaciones no
roen el aliento? —Siempre hay algo
que se va o se restaña como la
vieja camisa de las sombras.
La espera tiene semanas
irrevocables, (siempre el vaho al pie del
trajín);
los años anónimos bajo la
tormenta hacen lo suyo:
púas audibles trascienden la
mensajería pedregosa del combate.
Espero. Los zapatos dilatan las
pupilas,
mientras los caminos se entumecen
en el rescoldo.
—Ya veré en qué entraña respira
la conciencia, en qué costado se hunde
el sofoco de la yesca que apenas
amanece.
Yo aquí, disidente de los golpes,
al espejismo otrora de los espejos…
Barataria, 29.X.2013
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