Imagen cogida de la red
CARCOMA
Roes la madera hasta socavar los
cuartones de la casa. En vano tu polvillo
mortífero. En vano los angostos
hilos del andamio y el rescoldo.
(No hay mucha diferencia entre tu sombra y la herrumbre.)
Jamás creo que la hubo, excepto
que yo no lo sabía.
—Nada es perenne en los juegos
sucios de ciertas humedades: sobre el desván
no existe memoria sagrada,
sino un cojín de tenebrosas
imágenes.
(No toda luz es fuego de luciérnagas por más que se le quiera
conferir
misterio a lo inmóvil.) —Supe que en el hervor de luna nueva,
ninguna semilla da fruto bueno,
es como si de pronto la claridad
perdiera su esplendor de pulso insoslayable.
Barataria, 17.X.2013
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